Relatos Eroticos Editados (lo mejor de la red)

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martes, enero 16, 2007

Me desvirgaron varios y tb mi padre y me hermano

.Una chica es desvirgada en publico porque su padre pierde una apuesta, y tambien es follada por el.
Hace unos años llegué a España desde Rumania y, aunque sabía el futuro que me esperaba trabajando como prostituta, lo acepte con buena gana, por salir de mi tierra.
En Rumanía vivia en un pueblo de cien habitantes en una zona rural, aunque mi padre, transportista, viajaba mucho. Mi hermano, dos años mayor que yo, era un auténtico macarra con solamente 16 años, pero era uno de los chicos mayores del pueblo. Nuestra madre murio dejándonos muy pequeños, y los continuos viajes de mi padre habían hecho que nos criaramos de forma un poco salvaje. Yo, con 14 años, parecía la mas sensata de la familia.
Tras la muerte de mi madre, mi padre comenzó a beber y a salir con fulanas, además de buscarse problemas en el pueblo por enrollarse con alguna mujer casada. Las cosas fueron cada vez peor en casa, con mi hermano ya metido en tráfico de drogas, y mi padre quedándose sin trabajo después de "perder" un par de remolques. Yo sabía que había empezado a jugar a las cartas, perdiendo mucho dinero, incluidos dos remolques de mercancías que transportaba.
Yo con 14 años ya había visto de todo en casa, incluida a una mujer que trajo mi padre una vez, a la que se follaron los dos uno tras otro, casi sin ocultarse. Yo tampoco era una mojigata, y me había enrollado con algunos tios, aunque sin dejarme follar. El socio de mi padre en el camión, que se turnaba con él, y de su misma edad, unos 50 años, también me tiraba los trastos. Me daba un poco de respeto, porque era un tio muy gordo, enorme, pero mi padre siempre decía que tenía la "manguera" mas larga que había visto, por lo que me daba aún mas miedo. El lo sabía, y en un par de ocasiones se había puesto a mear delante mio, provocándome incluso delante de mi padre, que se reía…., aunque yo no le había visto la polla.
Solo había visto bien la de mi padre y la de mi hermano. En el baño iban desnudos, y se cambiaban sin ningún pudor casi delante mio. Mi hermano tenia la polla mas pequeña que otros chicos de su edad, pero yo sabía que se había tirado a amigas mias, y que era buen follador. El cabron decía que prefería tirarse vírgenes porque no hacía falta usar condom, y follaba a pelo. Yo había estado con amigos suyos, pero solamente les había tocado las pollas, y había uno, Carlos, que la tenía el doble que él.
Mi padre si que tenía una verga grande. A sus 50 años se conservaba bien, con algo de barriga, pero tenía una polla y unos huevos muy grandes. Tenía el capullo muy grande, y el resto del rabo mas fino. Mi hermano también la tenía así,como un champiñón grande.
Un día mi padre nos reunió a los dos y nos dijo que había tocado fondo, que debía un montón de dinero a una mafia, con los que había jugado a las cartas, y que tenía que pagar grandes deudas. La mafía le había ofrecido algunas posibilidades para pagarles, y una de ellas era que mi hermano "trapichera" para ellos, vendiendo droga, y otra era que doblaban la apuesta a cambio de una virgen… Y había pensado en mi….
Proponían jugar otra partida donde si ganaba mi padre, saldaba su deuda, pero si perdia entraba yo en juego, ya que me ofrecía para grabar un video porno, donde me desvirgaran ante las cámaras….. Yo ya había oido que existian esas cosas. Muchas de las películas que circulan por Internet están grabadas en Rumanía y otros paises del Este, con todo tipo de prácticas. Hay muchas mafias, y grabar una película es muy barato, realmente, y las deudas son muchas…
Yo me negué, pero mi padre me grito que ya no había remedio, y que la partida era esa noche. Mi hermano también me dijo que no había otro remedio, poniéndose del lado de mi padre.
Inmediatamente intente huir, pero entre los dos me redujeron y me metieron en el coche, maniatada en la parte de atrás, con mi hermano agarrándome y mi padre conduciendo hasta una nave industrial en las afueras…
Me sacaron del coche y me llevaron hacia la nave industrial, donde había diez o doce coches aparcados. Algunos hombres estaban en la puerta. Reconocí a algunos del pueblo, en grupos, gente mayor y joven…. Dentro habían dispuesto una especie de escenario hecho con una gran mesa y sillas alrededor, y varias camaras. La partida se jugaría en otra sala, con menos gente, pero la gente que habia allí eran "invitados" previo pago a la sesión, si finalmente se producía. Luego me enteré que mi padre iba a medias en eso, y que se llevaba en todo caso la mitad de la recaudación. En caso de que no llegara el momento los asistentes perdian el dinero igual, ese era el riesgo. Me lo contaron mientras ellos jugaban, ya que me dejaron para que me cuidaran un par de tios. Para rentabilizar todavía más el tema, también se sorteaba la follada… Esto es, que había una puja para ver quién me iba a desvirgar, y los tios apostaban. Cuando habíamos llegado se inició la puja, y pude ver horrorizaba como empezaban a ofrecer cantidades enormes de dinero. En función de cómo iba la partida la puja subía o se mantenía, ya que ese dinero también se perdía si al final mi padre ganaba… Mas tarde me contaron además que la follada sería a pelo, ya que no había riesgo de enfermedades para el tio, mientras yo tenía que joderme.
Finalmente acabo la partida, y mi padre vino a verme y me dijo que me portara bien, que había perdido y que no quería hacerme sufrir. Me dieron agua mezclada con algo, que me obligaron a beber. Luego supe que era extasis liquido, asi que en unos minutos estaba totalmente drogada, y muy caliente (es un efecto de esa droga…).
Me llevaron a la sala de las sillas y la mesa, y me tumbaron encima agarrándome por las piernas y los brazos entre cuatro, mientras otro tio me desnudaba. Vi que el tio que más había pujado por mi se preparaba. Era un tio soltero con mucho dinero. Era un tremendo guarro, de unos 60 años, que se divertía enseñándole la polla a las niñas. Me daba mucho asco, el tio…. Mi hermano me dio lubricante en el conejo, y el tio se dispuso manos a la obra. Se puso encima mio totalmente desnudo, con las camaras grabando y todo el mundo mirando. Yo me resistia intentando cerrar las piernas, pero me era imposible. Además, sentia palpitar mi coño, fruto de la droga que me habían dado. La polla del tio me entró sin dificultad ninguna. Noté como me rompia por dentro un instante, pero enseguida me invadio un calor tremendo, y a notar que mi coño estaba preparado para pollas mas grandes….
El tio estaba totalmente encima mio, y empezó a encular sin ningún cuidado. Yo ya estaba relajada y no intentaba cerrar las piernas, al contrario, quería sentir mas polla dentro… Que rica me estaba sabiendo… El hombre terminó enseguida y empezó a gemir, diciendo que se iba, que vaya niña caliente…. Dejándome dentro su corrida se retiró, dejando el coño palpitando.
El resto de los hombres aplaudía y se sobaba el paquete, calientes como estaban.. Mi padre y mi hermano asistían al espectáculo bebiendo con los demas hombres. Mi padre estaba mas tenso, pero mi hermano miraba sin ningún pudor e incluso llegó a sobarse la polla por encima de los pantalones….
Mientras yo me vestía a toda prisa, el mafioso le hizo otra apuesta. Esa peli no había quedado muy bien. Era corta y yo había participado "positivamente", no parecía una violación…. La apuesta era esta: entre varias bandas habían hecho una apuesta sobre la "hombria" de sus correligionarios, y se habían apostado una auténtica millonada a que sus hombres eran los mejores "sementales" de Rumanía, y les había parecido buena idea apostarse a que los suyos serían los primeros en preñar a una tia, pero para tener las mismas oportunidades todos tenían que tirarse a la misma tía. El pacto era que un tio de cada banda, elegido por sus jefes, intentaría que su semen fuera el que dejara embarazada a una tia. Participaban tres bandas….
Después de mirarme un instante, decidió que le interesaba hablar del precio…. Pero no estaban dispuestos a dejar de ganar ni un duro, y le ofrecieron lo siguiente: Participa como uno mas, y si ganas te llevas todo, y no hace falta que pongas nada, ya la pones a ella…. Dijo que de acuerdo, pero que el tendría dos oportunidades y no solamente una: me iban a follar el y mi hermano, para tener mas posibilidades….
Yo seguía drogada, pero empecé a llorar y a intentar escapar de nuevo, ya que ser follada por cinco tios, incluidos mi padre y mi hermano, me provocaba un gran asco, pero me agarraron entre un par de ellos y los demas, jaleando la situación, empezaron tomar de nuevo asiento. Me aplicaron una irrigación en el coño, para limpiarme la lechada del anterior tio, y me volvieron a poner en la mesa, totalmente desnuda y agarrada por piernas y brazos, mostrando a todo el mundo mi conejo abierto.
Sortearon el turno, y me follaron dos tios que no conocía, de unos 20 años. El primero tenía buen rabo y noté que me gustaban así, grandes. Me follo muy rápido y me echo toda la lechada dentro, sin dejar que se saliera una gota. Permanecio dentro hasta que el rabo se le desinfló de todo, y salto de encima de mi, entre los aplausos del resto. El segundo la tenía mas pequeña, y casi ni me enteré, pero me largo una corrida que se escurria por fuera. Notaba una humedad enorme en el coño y bajándome hacia el culo por la raja….
Vi como mi padre se ponía encima mio. Su polla era la mas grande que me habían metido hasta entonces. No tuvo mucho cuidado, y cuando la tuve dentro tuve que dar un pequeño grito. Me llenaba totalmente, pese a estar lubricada de las corridas anteriores. Me enculo un rato, que me parecio eterno, con movimientos ritmicos, hasta que note como me empujaba tremendamente y se vaciaba en mi… Me gusto mucho, ya casi había encontrado una polla del tamaño que quería, pero yo creo que todavía me entraba mas grande.
La follada de mi hermano fue muy rápida. No sentí su polla dentro ni nada. Se corrio con muchos gemidos, pero casi no me enteré. Entonces vi que el último tio que me habían reservado era uno del pueblo que era padre de una amiga mia. Mi amiga me había dicho que su papa tenía un pito enorme. Cuando se lo vi me quedé helada. Era casi como mi brazo, como la de un burro. La tenía dura pero le miraba al suelo, porque no parecía posible que algo así se levantara mucho. No pudo metermela entera. Llegó a hacer tope y sentí un enorme dolor. Como estaba tan lubricada no tuvo que empujar mucho, pero llegó un momento donde no entraba mas. Me empezó un mete-saca lento. Yo notaba que semejante vergazo estaba empujando hacia fuera la lechada de los otros. Notaba como me resbalaban gotarrones por las piernas… Cuando se corrio me sentí morir. Por fin me sentí llena totalmente….
Tras aquello estuve medio recluida en una casa de uno de los mafiosos, custodiada por varios hombres. Me quedé preñada, lo supimos al mes, y aborté. Donde iba yo con 14 años y un crio?. Las puebas de ADN determinaron que había ganado el segundo de los tios la apuesta, ya que el crio era suyo.
La noticia de mi noche en la nave industrial enseguida corrió por el pueblo, y todo el mundo supo incluso los detalles, como saber quienes habían sido los tios que me habian follado. Mi hermano decidio aprovecharse, y un dia se presento con dos amigos en casa, diciendome que les pajeara o algo,a los tres… al poco tiempo ya incluso me ofrecia para que me follaran, y el también me follaba, incluso en casa estando mi padre en la misma, sin ningún pudor.
Así que decidi marcharme. Prefiero llevarme yo lo que gano follando. Si os vais de putas con alguna rumana, igual soy yo…

jueves, enero 11, 2007

Mis amigas y mi perro gran danes

Esta historia sucedio hace algunos dias, cuando estábamos en mi casa, mis amigas Claudia, 24 años, 190 cm, Nataly, 23 años, , y yo Andrea, mis padres salieron de excursión, y nos dejaron solas ese día. Habitábamos las tres la piscina de la casa, ellas con bañadores minusculos de dos piezas, las partes superiores con triangulitos que apenas cubrian los pezones, abajo un pequeño tanga, estábamos tomando el sol, bañándonos y hablando, entonces les dije que iba a la casa a hacer unas llamadas, que tardaría un rato. En verdad tarde poco, y al retornar, sin que ellas me vieran, oí algo que me trastoco, de pronto mi amiga Claudia le dijo a Nataly una cosa que había descubierto, Rocky, nuestro perro, gran danes, grande y de pelo corto negro, tiene una verga enorme. Nataly le dijo que como lo sabia, y ella respondió que se la habia visto en el parque, cuando mantenia relaciones con la perrita del vecino. Yo al oir esto, senti curiosidad, y me escondi en la casa, en un lugar donde podia ver y oir lo que hacian mis amigas. Nataly empezo a tener curiosidad por el tema, y le dijo a Claudia que seria demasiado grande, que deberia doler, esta le replico que no creia, los chicos tambien la tienen grande, y a nosotras nos entra entera, es cuestion de relajarse, Nataly le respondio que la de Rocky seria muy grande seguro, Claudia le dijo que si, y Nataly le pregunto que si mas grande que la de los chicos, Claudia le dijo que si, que era mas grande que la de casi todos los tios. Despues de hablar un rato mas, decidieron traer a Rocky, Claudia le dijo que mirara, Nataly le dijo, que yo podia llegar en cualquier momento, pero Claudia le replico que yo estaria como siempre en mis cosas y tardaria mucho, tras esto Nataly se quedo mas tranquila, y le dijo que no se veia casi nada, Claudia le dijo que habia que excitarlo, lo acariciaron un rato, y despues le palparon un poco su polla, tras esto, el les lamio la cara, e incluso a Nataly le paso su lengua enorme por el pezon izquierdo, quitando de su lugar el menudo sosten del bañador que llevaba puesto y dejando su teta al aire, cubriendose rapidamente. Claudia le ordeno a Nataly que se la tocase un poco, para que se le pusiera dura, igual que a los hombres. Mi amiga menor miro a Claudia con cierta incredulidad, y le pregunto, que si morderia, ella le respondio que al contrario, le debia gustar como a cualquier chico. Con timidez, Nataly le hurgaba el pene, Claudia la ayudaba, Rocky no se movia, tenia la lengua fuera, dejaba hacer. Nataly dijo que no pasaba nada, y Claudia le respondio que esperase, mientras empezaba a masturbarlo con ganas, sus dedos le acariciaban el pene naturalmente, a veces entremezclados con los dedos de Nataly, y se empezo a notar un endurecimiento, lentamente la cabeza roja empezo a asomar, y ellas se empezaron a entusiasmar. Prosiguieron acariciandolo, lo estaban masturbando y Rocky respondio, su verga roja y gruesa empezo a salir. Entonces Claudia le dijo a Nataly que viera como era en verdad mas grande que la de bastantes hombre, a lo que le respondio con la cabeza y cara de asombro que si. Claudia dio un paso mas, y le pregunto a su amiga por el sabor que tendria, y esta le respondio que no sabia, que se la chupase, esta le replico que se la lamieran las dos, y Nataly acepto, pero le dijo que ella primero. Tras esto, Claudia se agacho un poco hasta tenerla cerca del rostro, Rocky la tenia mojada, tenia muchas venas y una sensacion de dureza muy fuerte, Claudia olfateo para adivinar que gusto tendria, mientras Nataly seguia masturbandolo, al fin se decidio, saco un poco la lengua y con la punta rozo la verga del perro, y a continuacion dijo que no le sabia a nada. Nataly le incito a que probara un poco mas, que asi no le iba a coger el gusto, pero Claudia se nego, y le dijo a la amiga que le tocaba. Nataly accedio muerta por la curiosidad, se coloco de frente a la verga, la miro largo rato sin decidirse, hasta que cerro los ojos, abrio la boca y se la trago de un golpe, chupo con fuerza, sus mejillas se hundieron, la garganta subio y bajo tragando algo, y se retiro. Nataly dijo que no sabia mal, despues de saborear un poco el liquido que habia tomado. Entonces Claudia con cara de incredulidad, se acerco a Nataly, saco su lengua, y la paso sobre la de mi amiga. Ella le pregunto que que hacia, y Claudia le dijo que queria probar el sabor, entonces Nataly le ordeno que se la chupase igual que ella, Claudia sumisa, se agacho un poco otra vez e imito a su amiga, cerro los ojos, abrio la boca y se comio la polla del gran danes. Ella dijo que tenia una textura y sabor diferente al pene de los hombres, pero que no le desagradaba, volviendo a chuparsela, metiendosela cada vez mas adentro. Nataly le dijo que parecia que le habia gustado, y Claudia le replico que estaba rica, que era grande, que le llenaba toda la boca. Por turnos, y a veces juntas, mis amigas le mamaban la verga al gran danes, y a veces tambien dejaban que el lamiera sus tetas, fuera de la parte superior, por la fuerza de Rocky, parecia que sus pezones iban a explotar. Tras ver esto, estaba calentisima, me saque mi tanga, y empece a masturbarme lentamente, mientras veia aquel colosal espectaculo. Al momento, Claudia le dijo a Nataly que si se imaginaba a Rocky con esa lengua a parte de lamer los senos, tambien chupando el coñito. Ella le respondio que se podian morir de un orgasmo, y Claudia le animo a probarlo, y Nataly le dijo que ahora ella primero, que antes fue ella la que inicio, ademas que le daba miedo que le mordiera, ante esto Claudia dijo que tenia la solucion, corrio hasta la cocina, y cogio terrones de azucar. Llegue y le dijo a la amiga que no habia rastro de mi, y que era hora de desnudarse. Claudia le dijo lo que iban a hacer, meter un terron de azucar dentro de la vagina, para que Rocky solo metiera la lengua para quitarlo. Nataly acepto, se tendio en una toalla con las piernas bien abiertas, Claudia se acosto sobre ella y con sus dedos le introdujo el terron en su vagina. Claudia con delicadeza, guio la cabeza del perro hacia la entrepierna, Rocky la olfateo y le paso la lengua, enseguida detecto el sabor del azucar, y empezo a buscar el terron usando su lengua ancha, larga, incansable, lamio los labios vaginales de mi amiga provocandole gemidos de placer. Rocky lamia cada vez mas entusiasmado, mi amiga estaba muy jugosa, mojada hasta los muslos. Claudia se excito mucho viendo eso, empezo a manosearse los pechos, a retorcer sus pezones y se metio un dedo en la vagina. A mi me excito muchisimo verlas asi, y acelere mi masturbacion. Retorciendose de placer y con un grito estremecedor, Nataly tuvo un orgasmo terrible, y empezo a gritar, que era el mejor. Rocky mantenia la lengua bien adentro de la vagina de mi amiga, recorria todo el interior, saboreando el azucar y los jugos del orgasmo. Claudia dijo que era su turno, se acosto al lado de Nataly, se introdujo un terron de azucar bien profundo en su vagina y atrajo la cabeza del perro. La lengua larga del perro cubrio todo su coño, la saboreo, incluso la introdujo entre sus nalgas, es mas cuando descubrio el sabor de su ano se entusiasmo y estuvo alli un rato lamiendo su agujerito. Yo no pude aguantar mas y me corri, echando una descomunal lechada, aunque ellas seguian con el perro. Rocky retorno a la vagina de Claudia, tratando de obtener el azucar, ella gritaba que se moria de gusto. Mi amiga menor se logro meter bajo el vientre del perro y le mamaba la verga. Claudia se amasaba las tetas, se retorcia de placer, se giro, y quedo a cuatro patas, con el culo en pompa, la espalda quebrada, mordiendo la toalla. El perro siguio lamiendo su vagina y su ano, y Claudia tuvo un pomposo orgasmo. Llego un momento de tranquilidad, pero este fue roto rapidamente por Nataly, que empezo a gritar, no, Rocky no, el perro hizo un movimiento hacia delante y se monto sobre la espalda de Claudia, sus patas delanteras se aferraron a sus caderas, y de un solo empujon le clavo la polla hasta el fondo de la vagina. Ella gritaba de dolor, vociferaba que la mataba, Nataly le gritaba a Rocky que bastaba, que la dejase, pero el perro no le hacia caso, y aceleraba sus movimientos coitales, estaba bombeando la verga con una potencia y velocidad descomunal. Claudia le rogaba a Nataly que le quitase el perro, que la estaba matando, pero ella le respondia que no le hacia caso, que lo pusieron muy caliente, y tiene muchas ganas de follar. Claudia gritaba a su amiga para que impidiera que Rocky le metiese la bola de la base que se les crea a los perros, que la iba a matar. Nataly no podia despegar al perro, yo senti impulso de ir a ayudarlas, pero no lo hice, y empece de nuevo a masturbarme ante la situacion. Claudia empezo a gatear, para intentar escaparse del gran danes, pero no tenia fuerzas, estaba atrapada y completamente ensartada, el perro era enorme, la tenia prisionera, empujaba mas y mas, abriendole la concha para meterle la bola enorme que se le hacia en la base de la verga. Cuando al fin empezo a entrar, Claudia gritaba que la iban a romper, que no aguantaba, pero Nataly no podia hacer nada, por lo que se olvido del perro, e intento consolar a Claudia, y le empezo a acariciar el cabello, el rostro, los pechos, intentaba aliviar su dolor. Cuando la bola entro toda dentro del coño, el perro empezo a vaciarse, Claudia gritaba que estaba acabando dentro de ella, que la estaba inundando. Una vez que se hubo vaciado por completo dentro, Rocky se quedo mas tranquilo, pero ambos se quedaron enganchados, y cada pequeño movimiento que hacia Rocky, a Claudia le dolia muchisimo, aunque al perro tambien por los gemidos y gruñidos que emitia. Unos minutos despues el tamaño de su verga fue achicandose, hasta que salio, junto con un chorro de leche transparente, tremendamente liquida. Parecia una fuente, el liquido nunca terminaba de salir, le habia metido una buena cantidad. Yo continuaba masturbandome algo mas rapido y violento. En esos momentos Claudia llorando abrazo a Nataly, habia cruzado todas las sensaciones, placer, dolor, excitacion. Nataly le dijo que le dejara ver si le hizo daño, Claudia se tendio abierta de piernas, y mi amiga examino la vagina. Le dijo que estaba muy dilatada, pero no creia que la hubiese lastimado, y le dio un tierno beso en el coñito, Claudia le dijo que eso era lo que necesitaba, suavidad. Entonces mi amiga se aplico a lamerle la vagina con mucha dulzura a su amiga, con su lengua suave y exquisita. Yo no podia aguantar mas, y explote de nuevo, aunque a la misma vez, Claudia tuvo un orgasmo sensible, intenso, delicado, y Nataly se bebio sus jugos y luego los compartio en la boca con Claudia con un tierno beso. Al rato recogieron y se fueron, y cuando me libre de la sorpresa que me causo aquello, hice lo mismo y me dirigí hacia mi habitación.

Dandome un gusto con un Frances puto

Despues de dos horas de espera, al fin nos confirmaron que perderíamos la conexión de Paris a Nueva York. Intentábamos cambiar el tickete a otra aerolínea pero fue imposible. El bustrack nos traslado a un hotel del aeropuerto. Repartieron tickets de comida y nos informaron que a las 09 horas del siguiente día vendrían por nosotros. Me sentí impotente, sin saber que hacer, hasta que vi una inmensa alberca desde la ventana de mi habitación. Pensé que podría pasar todo el resto del día nadando, ya que eso adoraba. Llame a casa, hable con Dennis, quien se mostró indiferente a la demora que yo debía sufrir. Me informo que todo estaba en orden, y que el se arreglaría por su cuenta tanto con algunas tareas, como con la cena. Despues de todo, así lo había hecho los 15 días que me ausente de casa. Mi seminario de arquitectura en Lyón me había abstraído del mundo, y ahora comenzaba a reinsertarme. Me di una ducha caliente, y me recosté a mirar televisión. Pasando varios cables del TV hubo uno que me tentó a pesar de tener que abonar un charge-fee de conexión, cosa que hice, y allí me acomode a mirar lo que no era usual para mi. Dos inmensos rugbiers le hacían tremendas locuras sexuales a una bella profesional, rubia que tendría mi misma edad, o tal vez casi cuarenta anos. Mas de una vez fantaseé con tener sexo yo sola con dos hombres bien dotados , pero nunca lo había visto como en esa película. Hubo pasajes del film que, reconozco me excitaron de sobremanera, lo que me empezó a calentar tremendamente, fue algo así como un espiral de excitación. Los gemidos de la actriz porno eran tan ricos, que evidenciaba un gozo real, no era para menos, uno de ellos enterraba su miembro de no menos de 9 pulgadas sin cesar, todo por atrás de ella, que en posición canina se arqueaba sobre sus gemidos, mientras que el otro arrodillado, delante de su cara, dejaba que su erecto termo fuera succionado por rubia zorra. Todo el film duro no mas de 40 minutos, que lograron calentarme de manera tal, que comencé a pensar cosas que jamás había pensado. Y si me daba ese gusto ? Si me regalaba una pequeña fiesta a modo de compensación por la demora del vuelo ? Yo tenia claro que Dennis, en alguna oportunidad me había sido infiel, seguramente de esta manera, en un hecho transitorio y de calentura pasajera. Ambos viajábamos mucho, y las oportunidades esporádicas estuvieron siempre a nuestro alcance. Volví a llamarlo por teléfono, como buscando algo que no tenia explicación. Me dijo que se iría a cenar a Russell Corner (nuestro reducto preferido), y me pregunto que haría yo. Le dije que iría a nadar a la piscina del hotel, y luego cenaría. Me dijo que le llame antes de tomar el avión, mañana así se quedaba tranquilo, nos despedimos, y quede pensando en mis próximas horas. Medite hasta que tome la determinación, busque en Internet de mi laptop, hasta que halle un sitio que ofrecía sexo solo para mujeres. Me dio confianza, el hecho que solo se dedicaban a nosotras. Recorrí fotos, algunos pocos videos hasta que una foto me hizo correr un frío en el estomago. Era el príncipe azul de Internet. Salve Dios lo que era ese hombre, músculos formados desde el cuello hasta los dedos de los pies, unas espaldas que doblaban a la de mi Dennis querido, un miembro, que sospeche si no habría sido retocado con fotoshop, su rostro era de recio pureza, y su cabello corto y algo rubio. Fue inmediata mi decisión, casi instantánea: con ese cabron, no tenia sentido que fueran dos, lo quería todo para mi sola, no quería perderme un solo segundo del disfrute que me proporcionaría semejante semental. No deje pasar mas que unos segundos, que ya estaba llamando al numero que allí informaba, quería ya mismo hablar con Polais, así se llamaba ese francés escultural. Una vos femenina me atendió y luego de consultarle por el, me informo que no se encontraba disponible, ya que estaba fuera de la ciudad, pero que me podría ofrecer otros ricos boys, yo no quería seguir escuchando nada, solo quería a Polais, para lo cual insistí si era posible contactarlo por teléfono, a lo cual me fue negada esa opción. Tanto insistí, que la operadora me ofreció que yo le diera mi teléfono, y que ella se lo pasaría a Polais,pero que nada me podría asegurar. también consulte cuanto me cobraría, mas allá que estaba dispuesta a darme el gusto, costara lo que costara, y no me pareció nada caro, cuando me informo que el servicio era de 300 euros por dos horas. Para mi adentro pensé, hubiera pagado 1.500 si ningún reparo. Quede escuchando música del TV rodeada de toda la ansiedad, y a su vez impotencia, ya que tenia el tiempo, la discreción, lejos de mi marido, el espacio para moverme, las ganas de hacerlo, pero no tenia a quien me había vuelto loca vía fotos de Internet. Pensé en ir a nadar y despejarme, pero y si Polais llamaba ? Y si me perdía esa oportunidad ?? Preferí seguir en la habitación, hasta que quede dormida.....el sobresalto fue increíble, cuando el teléfono de la habitación sonó . Me asuste, luego, e instantáneamente, tuve un buen presentimiento, seria Polais, y al atender, una voz fuerte, en un francés delicioso, me decía, alooo, Jennifer, yes, le dije yo, con una desesperada intención de comérmelo. La operadora del sitio me habría notado tan interesada e insistente por el, que ella le llamo, le contó, y por ello el me estaba llamando. No se si habré demostrado locura, desesperación por conocerlo, pero a pesar de lo lejos que estaba de Paris, accedió a venir. Demoraría 2 horas en llegar. A partir de ese momento, los 120 minutos fueron los mas largos de mi vida. Me di un baño de inmersión, me perfume, y vestí ligeramente, como si fuera a tener una cita de adolescentes. Cuando ya estaba en hora, sentí el replegar de los nudillos de su mano en la puerta, hecho que me hizo estremecer. había llegado, lo había logrado, tendría ese león furioso de la foto que descubrí en Internet. Abrí la puerta, y para mi satisfacción, Polais era mas buen mozo que en la notebook, era mas bestia, mas musculoso, mas seductor, y sobre todo mas cachondo, confieso que la sonrisa picara me arrollo. Los minutos siguientes fueron como un estallido de sensaciones imposible describirles queridas. Este cabron francés me acaricio de entrada, me dio un beso dulce y sensual, y se dirigió a la neverita a buscar una copa. Empezamos a conversar, me dijo que no tenia mas que 3 horas, y yo le pedí que lo invitaba a quedarse hasta la mañana siguiente, que debía tomar el avión a Nueva York, y viendo lo que era mi esclavo, le propuse un buen negocio, que se quedara que lo recompensaría con mas de lo que el imaginaba. Esa escultura de la que fui dueña durante unas horas merece describirla, sus músculos estaban moldeados de un trabajo intenso de fisiculturismo, que había decidido abandonar para no llegar a la exageración, según me explico, su piel estaba bronceada de un sol benévolo, su pelo algo lacio y rubio a tono con su piel, brazos fuertes e imponentes, al igual que sus piernas, y mención especial para su miembro. Esa polla, al menos jamás visto por mi en ningún lado, era la misma de la foto de Internet, de la cual había sospechado.Amigas, tamaña polla, hizo que yo me estremeciera en varios pasajes de la noche, jamás la olvidare, como tampoco olvidare las cosas que me hizo ese cabron francés. Empezare a contarle con detalles, el muy seductor, inicio la acción invitadome a bailar al compás de la música que yo había puesto. Me empezó a frotar mis pechos y a besar el cuello, habilísimo en su profesión, mi calentura comezo a desplegarse sin limite. Mas me apretaba, mas sentía su miembro en mi estomago. Aun los dos vestidos, yo no pude mas, y le dije, tal vez exagerada, por favor, arráncame toda la ropa. así lo hizo, dejándome desnuda totalmente. Me admiro mi cuerpo, que si bien no estaba a la altura del de el, entiendo que no le disgusto.Comenzó a besarme todo el cuerpo, y aun continuábamos bailando. Mis pezones eran punta de piedra, mi vagina chorreaba líquidos por litros, y me desesperaba besarlo, y besarlo. El continuaba vestido, inmutable, lo que mas me calentaba de manera loca. Faltaba lo mejor, y a pesar de ello ya estaba tocando el cielo con las manos. Verlo desnudo, tocarlo, besarlo, y dejarme poseer por semejante polla me hizo estremecer como jamás en mi vida. Y finalmente llego el momento, muy despacio, comencé a sacarle la ropa, primero fue su ajustada remera de licra, quedando solo el torso desnudo, al que bese desenfrenadamente, no dejando sector sin mojar con mi saliva, luego continué bajándole solo el pantalón, quedando su calzoncillo, que marcaba con precisión, el aparato que en breve provocaría carradas del éxtasis que estaba viviendo, pero el muy cabron continuo mas el baile, hasta que no pude mas, grite, grite, y le arranque el calzoncillo, encontrándome con la polla mas grande que haya imaginado, y pot supuesto que he tenido. El francés la tenia aun a medio camino, y si bien las comparaciones son malas, la polla de mi marido, al recontra fierro, era mucho mas chica que la de Polais, a la cual le faltaba crecer otro tanto de su existencia. Me fui directo a ella, comencé a mamarla, besarla, chuparla como jamás lo había hecho con la de mi Dennis. Yo arrodillada en el piso, en situación de sumisión total, el ya totalmente desnudo, y parado en actitud machesca, gozaba mi gozo, mis lamidas rodearon no solo su polla, sino también sus huevos, parte de su culo, y todo el abdomen. sentía que mis jugos me chorreaban las piernas, en sus cantos interiores, y mi chocha estaba incandescente. No quería iniciar el acto coital, por que esa mamada no debía culminar jamás. En determinado momento, y ya con su polla erecta al taco, sentí una sensación de temor que semejante volumen fuera a intrudicirse en mi vagina. Seguí la mamada hasta que Polais me levanto, y acomodo en la cama, ubicándose en sentido contrario, dando así inicio al mejor 69 que halla realizado en mi vida. Su lengua recorrió todos los cantos de mi chocha, bebió todo jugo que de allí vertía, mientras su polla destilaba parte de su semen que yo también disfrute de maravillas. Todo ello desencadeno en una locura, en un éxtasis donde me deje llevar...ya no era yo, era simplemente una fuente de gozo, nos acomodamos nuevamente, y rápidamente, el detrás mío, me fue inclinado, para quedar arrodillada en la cama, y con una suave y a la vez impiadosa acitud, enterró su miembro en mi vagina, generándome el mayor de los mayores placeres de mi larga vida. Puedo describirles su cuerpo, su miembro, su espalda, su cabello, pero jamás podré describirles lo que sentí al entrar esa polla dentro mío. había imaginado un goce tal vez diferente a que siempre gozaba con mi Dennnis, había imaginado, y también sonado varios sexos con hombres que merecían fantasear,pero esto jamás, esta fulminante,destellante y voraz trepada no tuvo ni tendrá igual. Continuando con mi relato, la dualidad de terminar rápido por la tremenda sensación y goce con la de mantener ese estado de éxtasis de manera universal y permanente, genero una increíble y duradera fuente de placer. sentía como su polla entraba y salía de mi, de manera tal que cada movimiento rozaba con la sensación de estar terminando. Cuantos Polais habrá en el mundo,pensé... y seguimos la trepada, hasta que llego el momento culmine, el transpiraba, haciendo que su musculatura brillara como si estuviera aceitado, mi cuerpo, también emanaba sudor, que me limpiaba con su lengua, y así, dentro de ese entorno increíble, terminamos ambos, donde mi cuerpo comenzó a flotar en el universo, dejándome llevar por un viento imaginario, y cayendo entre sus brazos, sintiendo dentro de mi su aun enorme miembro, su lengua comenzó a recorrer mis pechos húmedos de transpiración, luego bajo a mi abdomen, y finalmente acudió a mi vagina, la que bebió intensamente. Tarde decenas de minutos en dejar de volar, no pude moverme hasta que muy caballerescamente, me levanto y llevo a la ducha, donde iniciamos un baño caliente, que nos permitió relajarnos y besarnos intensamente. Seguí disfrutando de esa enormidad, mirándola con mayor facilidad por la luz del baño. Era una obra de arte, una verdadera obra de arte, a lo cual volví a mamar sin parar. El agua que caía lo hacia aun mas romántico, Volví a arrodillarme en el piso, lo que éxito a Polais. El tenia mi cabeza con sus dos manos, y gemía mi mamada. Comenzamos a excitarnos nuevamente, y ya con una acitud un tanto brusca, volvió a darme vuelta, y en el mismo piso del baño, abrió mis nalgas, y esta vez me introdujo su termo, en mi ano. Fue con mucha dificultad, costo horrores, por su amplitud. Reconozco que llore al principio del dolor, pero el placer lo superaba y compensaba. Todo lo descrito anteriormente en relación al goce, fue pequeño, al lado de este acto. Nos fuimos corriendo de apoco hasta la cama, y con nuestros cuerpos aun mojados, continuamos en esa posición durante mas de diez minutos. Ambos gritamos, nos despojamos de todo, y exteriorizamos el goce de manera inusual. Creo que todo el hotel, estaba pendiente de nuestra partida. El final de esta arrollada fue el inicio de una siesta de casi dos horas, donde yo quede dormida entre sus brazos, con mi cara junto a su pecho, remolino de músculos. así, nos encontramos al despertar, desnudos, exhaustos de dos camaradas, como jamás las había vivido. Como no podía ser de otra manera, volvimos, en realidad volví yo, a mamarle su pene, intentando generar la tercer y tal vez ultima trepada de la noche (ya estaba amaneciendo) cosa que logre, volviendo a reeditar los goces combinados de todo lo anterior. Una vez mas en la ducha, comenzamos la despedida, ya que Polais debía irse. Comenzó a disgustarme esa situación de despedida, pero lo supere sin sobresaltos. El era un verdadero profesional, y supo manéjalo. Mi forma de demostrare lo que había provocado en mi, lo quise manifestar con el reconocimiento económico, por lo tanto, redoble mi propia apuesta, y cumpliendo también con mi promesa inicial, le hice entrega de 1.500 euros. Nos despedimos como viejos amigos, con un largo y apasionado beso de mi parte, y en pocos minutos, ya había pasado a la historia. Polais Polais, jamás te olvidare. Jennifer H

Sexo con mi ehrmana embarazada

Cada uno tiene su fantasía sexual, algo prohibido, algo que quizás nunca se atreva a confesar, algo que quizás para los ojos de otras personas pueda parecer una locura, pero cada uno sabe que es lo que lo motiva sexualmente hablando y como muchos, yo tuve mi fantasía y gracias a Dios, (aunque no se si meter a Dios en esto ) ……la vi realizada. Las relaciones con mi señora siempre fueron muy buenas, no me quejo, algunas poses interesantes, bastante sexo oral, nada y por ningún motivo anal, pero en fin de normal a buenas. Como toda pareja antes del matrimonio, pasábamos follando a cada rato y ya luego después de casarnos, igual esa llama se fue apagando un poco y se fueron haciendo más esporádicas. El tiempo pasó y al fin un día mi señora me dio la gran noticia de que en sus entrañas, llevaba un hijo mío, mi primer hijo. La alegría en nuestro hogar fue tremenda, al igual que en la casa de mis padres y de mis suegros. Siempre había querido tener un hijo, pero además de eso, mi mente comenzó a trabajar y pensé que al fin cumpliría mi anhelada fantasía de tener sexo con una mujer embarazada. El tiempo pasó y el estomago de Claudia fue creciendo mas y mas. Las conversaciones en nuestras familias giraban todas en torno al embarazo de Claudia y de mi hermana, que llevaba también un mes más de embarazo que mi señora. Como podrán imaginar, las conversaciones de nombres, remedios, doctores etc etc etc. Sin embargo, el cambio hormonal que sufren todas las mujeres en ese estado, fue perjudicial para mi, ya que su deseo sexual disminuyó casi por completo y solo mantuvimos relaciones hasta los 3 meses de embarazo, cuando por una o por otra razón , ella me rechazaba , dejándome con todas mis ganas acumuladas. Las últimas relaciones fueron demasiado alejadas, y siempre ella buscaba más el amor, mi abrazo, que un fogoso coito, que era lo que yo siempre había deseado. Fue así, que mi carácter, aun queriendo mucho a Claudia, comenzó a cambiar, ya que me imaginaba esos meses restantes, sin nada de sexo, más la cuarentena del pos parto. En mi vida se vislumbraba un buen tiempo de "sequía sexual". No le gustaba que la tocara, le dolían los pechos, se encontraba gorda, le dolía la cabeza, le molestaba mi perfume, etc etc. Un sin fin de razones para esquivarme, me llevaron poco a poco a molestarme con ella. Una tarde en que me encontraba en mi oficina, me sorprendió la llamada de mi hermana, que me pedía que a la salida del trabajo, pasara por favor por su casa que tenía algo que conversar conmigo. No le tomé mayor atención y a la salida del trabajo, me dirigí a la casa de mi hermana. Conversamos un rato y luego tocamos el tema de Claudia. Aparentemente Claudia le había echo un comentario, que yo estaba poco cariñoso con ella, que andaba de mal humor etc. Ella comenzó a explicarme que las mujeres en ese estado cambiaban mucho, que había que ser comprensivo con ellas. Yo por mi parte le explicaba que entendía ese cambio, pero que también me entendiera a mi, que a mis 34 años ya no estaba para andar masturbándome y que ya llevaba muchos meses sin tener nada con nadie. Ella me dijo que me comprendía, que su situación con Carlos era muy similar, aunque al revés. Su libido había subido mucho y era Carlos el que se corría de ella por miedo a que con sus 7 meses de embarazo, podía hacerle algún daño al niño. Que incluso el doctor le había explicado que no pasaba nada, pero de todas formas, Carlos no estaba realizando las tareas con ella. Así no adentramos mas en la conversación y poco a poco, comencé a ver a mi hermana con otros ojos. Desde chica ella fue muy bonita, ancha de caderas, y con un muy buen par de tetas. Sin embargo el embarazo le había echo crecer sus pechos a un tamaño descomunal y sus caderas tampoco se quedaban atrás. A sus 31 años, siempre propensa a la gordura, se mantuvo muy bien hasta antes del embarazo, siempre con dietas y gimnasio.Esa tarde usaba un vestido en extremo delgado, ancho, con un generoso escote que mostraba la enormidad de sus pechos, De todas formas, siendo ancho, se ajustaba a su pecho y a sus caderas, casi transparentando la ropa interior que usaba. Mi vista se esforzaba por no ver sus tremendos pechos, pero inconscientemente una y otra vez, iban a parar ahí. Mi mente no dejaba de imaginarme acostado en la cama, desnudos, con ella sentada sobre mi . La conversación era muy agradable, una conversación que nunca en la vida había llevado con ella. Me ofreció una cerveza y ella solo bebida. Sentí que ella comenzaba a coquetearme, pero pensé que eran solo ideas mías. Más, cada vez mi hermana se comportaba en forma distinta, mas coqueta, mas sensual en cada uno de sus movimientos. Paso el ato y ya su coquetería era evidente. Cada vez que mi mirada se clavaba en sus pechos, ella, muy sensualmente con su mano, se acariciaba los pechos, haciéndome estremecer. Fue ella la que tomo la iniciativa y dio un cambio a nuestra conversación. Me comentó que aun estando en ese estado, ella se vestía con lencería provocativa para su marido, y como este no la tomaba en cuenta. Como tenía que masturbarse sola, ya que su marido no la atendía, y me preguntó si yo la encontraba una mujer poco deseable. La mire directo a los ojos y le dije lo hermosa que estaba. Que mi cuñado era un tonto al no aprovecharla, y que ojalá mi mujer fuese tan fogosa como ella. Ella continuó contándome como eran las relaciones con mi cuñado, antes de quedar embarazada, y me pareció que daba demasiados detalles de la forma en como lo hacían, las cosas que ella sentía etc. La conversación me tenía a 100. Sabía muy bien que mi cuñado esa semana tenía turno de noche y que mi hermana se encontraría sola hasta las 09 de la mañana. Ella seguía contándome de sus intimidades, y mientras lo hacía se mordía el labio, y sus manos se metían bajo su barriga. Me di cuenta que hacia presión hacia abajo, como controlándose por no comenzar a masturbarse. Sus ojos lo decían todo, mi hermana se estaba excitando al conversar de esas cosas conmigo, y por mi parte mi calentura ya no daba mas. ¡Por favor para , que me vas a terminar por excitar! Y ¿cual es el problema? Que voy a llegar a mi casa y me voy a tener que quedar con las ganas Y si te digo … ¿Si me dice que? Si te digo que esa era la idea ¿Que idea? Excitarte Nos quedamos viendo unos segundos directamente a los ojos y supimos que ya no había marcha atrás. Ambos lo pedíamos a gritos y sin darme cuneta me encontraba besando apasionadamente a mi hermana. Nuestras lenguas se fundían en un mojado beso y mis manos descaradamente manoseaba a mi antojo las grades tetas de mi hermana, mientras ella con gran fuerza me sobaba la verga por sobre el pantalón. Casi desesperada me liberó la verga y solo la tubo en sus manos unos segundos, ya que rápidamente se inclinó y la llevó a su boca. La succión que hacía la boca de mi hermana sobre mi verga era sorprendente estaba poseída por tener una verga en su boca y precisamente era la mía, la que ocupaba ese lugar. Mis manos abarcaban todo lo que podían del cuerpo de ella y casi haciéndome acabar, le pedí que no fuéramos a su cuarto. Caminamos por el pasillo sin dejar de besarnos y tocarnos por todos lados. Apenas entramos al cuarto, mi hermana se saca su ancho vestido por sobre la cabeza, quedando solo en ropa interior blanca para mi. Sus pechos eran exquisitos, grandes, llenos de leche, con enormes pezones negros que hacían contraste con su blanca piel. Su hermosa y gran barriga no ocultaba sus diminutas bragas que dejaban ver el comienzo de su vellosidad. Mientras la veía semidesnuda, yo me desnudaba rápidamente y ella no perdía tampoco la visión del cuerpo desnudo de su hermano. Me senté en la cama y la atraje hacia mí. Comencé a besar sus pezones por sobre la tela, mientras mis manos acariciaban sus grandes y apetitosas nalgas. Mi hermana se dejaba llevar, y solo acariciaba mi cabeza. Sus pezones eran gigantescos, y los sentía perfectamente a través de la tela. Pero ella misma liberó esa prenda, dejándome ante dos hermosas, grandes y blancas tetas que no paré ni un segundo de chupar. Ella se estremecía al contacto de mis labios con sus duros pezones y me pedía que se los chupara mas , y mas fuerte. El tiempo pareció detenerse mientras en esa posición me deleitaba con las tetas de mi hermana, saliéndome solo para besar de repente y suavemente su abultada panza. Fue así como besando su panza, comencé a desprenderla de su última prenda, dejándola completamente denuda parada frente a mi. Con mucha suavidad la hice acostarse de espaldas en la cama y separándole sus piernas pude al fin contemplar su velludo sexo. No paso muchos antes de que mi cara quedase entre esas piernas pasando mi lengua afanosamente por el sexo de mi hermana, sacándole unos grandes gemidos de placer. Mi hermana se entregó completamente al deseo y sus gemidos se podían escuchar por toda la casa. MI lengua no cesaba de trajinar su sexo, saboreando todos los abundantes líquidos que salían de ahí. Ella a ritos me pedía mas y mas , que lo hiciera mas fuerte, que le metiera la lengua mas adentro y yo obediente hacia caso de todas sus peticiones. No conforme con esto, comencé a intrusear con mi lengua la entrada de su ano y eso la hizo estremecer. Me pidió que no parara, y con sus piernas dobladas, se movía de adelante hacia atrás, mientras yo tratando de poner lo mas dura a lengua posible poco a poco entraba dentro de su recto. Pero quería follarla de una vez, a si que saliéndome de entre sus piernas, me coloque detrás de ella y acostada, dándome la espalda sintió mis manos magreando sus tetas, mientras ella, con su mano, me dirigía la verga a la entrada de su sexo. No me costo nada penetrarla, su lubricada y dilatada vagina , se fue tragando de un solo golpe mi erecto sexo que ya estaba en la totalidad dentro de mi hermana. Ambos gemíamos de placer, sintiendo la pasión desbordarse de nuestros cuerpos. Lo prohibido, lo delicioso del incesto, lo estábamos sintiendo a mas no poder, moviendo nuestros cuerpos de adelante hacia atrás, buscando la máxima penetración. No falto decirnos nada, éramos la combinación perfecta de dos amantes lujuriosos. Me acosté de espalda y mi hermana, ágilmente se sentó sobre mi y se enterró en mi verga. Mis malos pensamientos mientras hablaba con ella se hicieron realidad. Ahí estaba de espalda, con mi hermana completamente desnuda sentada sobre mi, con mi verga entrando y saliendo de ella mientras sus grandes tetas chocaba una y otra vez cada vez que ella subía o bajaba. Su gran y hermoso vientre, con mi sobrino dentro de ella, era mi sueño echo realidad. Mis manos aferradas a sus anchas caderas, apretando sus grandes nalgas, a veces acariciando su barriga y naturalmente deleitándose con sus gloriosas tetas era mi sueño echo realidad. No pasó mucho rato y mi hermana en esa posición, alcanzó un brutal orgasmo, moviéndose desesperada, como una loca, enterrándome sus uñas en mi pecho, sintiendo como mi verga dura dentro de ella le hacia volcar toda su pasión. No paraba de gemir, ni de moverse, mientras yo, luchaba al máximo por no descargarme dentro de ella. Quería tenerla mas tiempo aun, quería que esa noche fuera inolvidable. No me importaba que los gritos se escucharan por toda la casa, ni sus uñas en mi pecho, ni que diría mi mujer por llegar tan tarde. Solo la quería a ella, embarazada y ardiente, saciando entre ambos nuestros deseos. Ella me preguntó por que no acababa y le respondí que quería hacerlo durar el mayor tiempo posible. ¡de acá no te vas sin darme tu leche hermanito! Y diciendo eso, se dio vuelta y pasando las piernas por sobre mi cabeza, comenzó a chuparme con gran destreza , alternado con una buena jalada con su mano, mientras yo admiraba a escasos centímetros de mi cara , su enorme culo y su dilatado sexo. Era un 69 espectacular, sentía sus barriga apoyada contra la mía, sus tetas golpeándome el bajo vientre y su boca succionando con gran fuerza, tratando de arrancarme toda mi leche, mientras yo utilizando toda mi lengua trataba de entregarle y hacerle sentir el mismo placer que ella me daba a mi en su sexo. Pero de acuerdo a las confesiones que poco antes me había echo, me recordé que su ano no era un lugar virgen y acomodando mi mano, comencé a trajinar ese agujero, no sin antes dejarlo bien mojado con mi saliva. La reacción de mi hermana no se hizo esperar. Cada vez que mi dedo , poco a poco entraba por ese camino, mi hermana se quejaba mas y con mayor devoción me chupaba la verga. Y mi dedo entraba casi en su totalidad y la respiración de mi hermana estaba completamente agitada. Ya casi no podía chupar con los quejidos que salían de su interior y se dedico solo a masturbarme y a gemir pidiéndome que cambiara mi dedo al mas grande. Ya mi dedo entraba sin ningún problema y mi hermana a gritos me avisaba su que venía su segundo orgasmo. No desaproveche la oportunidad, ya que lo que mas me excita es sentir como una mujer acaba en mi boca y gritándole que yo también acabaría nos comenzamos a correr en la boca del otro. Mi semen cayo directamente en la boca de mi hermana, que ni por un segundo sacó mi verga de su boca, tragándoselo todo, mientras yo sentía en mi boca y en mi cara, los chorros de su orgasmo que me dejaron completamente mojado, pero que a la vez, me excitaban aun mas y me hacían seguir eyaculando. No quedamos unos minutos recuperando la respiración, saboreando los fluidos del otro, ya con mas suavidad, hasta que mi hermana se salio de sobre mi, y se recostó a mi lado. Nos miramos uno al lado del otro y nos besamos amorosamente, mientras su mano aun jugaba con mi verga, ya mas flácida, y la mía, con sus enormes tetas.

miércoles, diciembre 27, 2006

Mi sobrino de 17 años, yo una tia puta y mi esposo un loco

Calor, mucho calor en aquellos días del mes de mayo. Era tan agobiante como el trabajo en la empresa. Todo el día de un lado para otro removiendo papeles y largas horas delante del ordenador. Ante todo monotonía, mucha monotonía.
Pero esta monotonía se rompió el día que mi hermana mayor me dijo que se iba de viaje con mi cuñado y me preguntó si podía quedarse mi sobrino Carlos en nuestra casa durante dos semanas. Si a mí no me hizo mucha gracia menos le hizo a mi marido.
Como ya os expliqué en otros relatos tengo 32 años y trabajo en la misma empresa que mi marido de la cual él es uno de los socios mayoritarios. Él es 8 años mayor que yo y lo conocí en la universidad cuando él era profesor y yo su alumna. Ambos tenemos cargos de mucha responsabilidad y en ocasiones el trabajo nos ahoga y casi no nos deja respirar.
Mi marido me dijo que no veía muy normal que viniera a nuestra casa. La verdad es que tenía bastante razón, sólo lo veíamos por navidad como mucho y nuestro trato con él era prácticamente inexistente. Yo supuse que nuestro sobrino estaría encantado de pasar unos días en casa de sus tíos ricos pues si se mantenía el buen tiempo podría disfrutar de la piscina, pista de tenis y demás lujos de nuestra casa. Lo cierto es que no me equivocaba.
Y así, sin más, al día siguiente lo trajo mi hermana, se despidió de él y se marchó. La situación era un poco incómoda, no sabía muy bien de que hablar con él. Tenía 17 años y estaba en el último curso del instituto. Siempre había sido bastante guapo, era alto y moreno, con el pelo corto pero sobretodo muy tímido lo cual complicaba más las cosas.
Poco a poco los días fueron pasando. Sólo tenía clase por las mañanas y cuando llegaba de trabajar me encontraba a él y a sus amigos disfrutando de la piscina. Ya se había convertido en una costumbre: Yo llegaba a media tarde, cogía un zumo en la nevera y me lo tomaba en la tumbona del jardín mientras contemplaba a los chicos en el agua. Me hacían recordar mi adolescencia, la inocencia, el saber que tienes toda una vida por delante pero que esa vida puede esperar, que para asumir responsabilidades no hay prisa. También me fijaba lógicamente en ellos, en sus cuerpos. Mi sobrino estaba bien formado, simplemente por ser joven y alto, por tener 17 años, pero había un amigo suyo que era el prototipo de metrosexual adolescente. Se veía claramente que iba al gimnasio y se cuidaba como si fuera todo un adulto. Lo cierto es que físicamente lo era. Se llamaba Roberto y era el que llevaba todo el peso del grupo de amigos, el que dirigía todo, el que estaba pendiente de todo, incluso de mí.
Quiero decir que si podía notar en algunas ocasiones las miradas de los chicos, incluso de mi sobrino clavadas en mí, lo de Roberto era tremendamente descarado. Era rara la vez que haciéndome la despistada no lo pillara mirándome. Y no precisamente a la cara. Yo comprendía que era normal con esa edad y no le daba mayor importancia. Además era bastante conservadora vistiendo pues siempre me veían con los trajes y las blusas que llevaba a la oficina. Sin embargo a medida que avanzaba la semana la cosa iba a más y a sus miradas se añadían comentarios en voz baja que no siempre acertaba a escuchar. No sé muy bien si esos comentarios me ruborizaban más a mí o a mi propio sobrino.
Una vez incluso, mientras tomaba mi zumo, salió de la piscina dejando a los demás jugando e intentó mantener una extraña conversación conmigo. Se colocó a mi lado y antes de decirme nada se sacudió su melena rubia salpicándome un poco.
-¡Qué calor verdad!
"Vaya manera de ligar tiene este chico", pensaba yo.
-Sí, sí - dije yo sin inmutarme.
-¿Sabes? A veces nos reímos un poco porque yo digo que estás muy buena y a Carlos le parece mal. Te lo decía para que cuando veas que nos reímos sepas que no es de ti si no de Carlos.
-¿Y? – Le pregunté yo sin mirarle, sin tan siquiera quitarme las gafas de sol.
-Nada, eso, que me parece que estás muy buena.
Yo no se cual pensaba que iba a ser mi respuesta, supuse que esperaba un "tú también", pero no le iba a dar ese gusto a ese ingenuo chico. Sí, estaba bueno, estaba muy bueno en realidad, cualquiera habría caído rendida a sus pies con sólo verlo salir del agua.
-Gracias -. Respondí. Se hizo un silencio incómodo y el chico volvió al a la piscina contrariado.
No se muy porqué, supongo que por aburrimiento, esa misma noche mientras mi marido y yo leíamos en la cama le conté que un amigo de Carlos se me insinuaba descaradamente, que me perseguía con la mirada fuera a donde fuera. Incluso le conté la conversación en la piscina.
-¿Quién, el guaperas?
-Sí, ese mismo, un descarado.
-Bueno, ¿Y que vas hacer?
-¿Yo? ¿Y qué quieres que haga?
-No sé, ¿A ti te excita que se te insinúe? ¿Qué diga que estás buena?
Guardé silencio un instante recordándole. Recordando su cuerpo, las gotas de agua resbalando por sus músculos, por su piel bronceada, a escasos centímetros de mí.
-¡Vaya Cris! Eso es claramente un "sí".
-Es que está realmente bueno, eso es cierto, pero es un presuntuoso y un chulo de tres al cuarto, es simplemente físico.
Nos quedamos callados unos segundos cuando mi marido interrumpió el tenso silencio diciendo:
-Está bien, tengo una idea, a ver que te parece: Como ya sabes y ya hemos hecho otras veces me excita la idea de que te gusten otros hombres, ¿no? Lo que podías hacer es dejarte seducir un poco, que el chico se lo crea y cuando lo tengas donde quieres, cuando el crea que algo va a pasar, lo dejas en su sitio. Así conseguimos las dos cosas, vuelves al chico a la realidad, lo humillas un poco y tú al dejarte seducir te excitas. De noche me lo cuentas y aprovechamos esa excitación mañana por la noche. ¿Qué te parece?
Era cierto que en ocasiones a mi marido le gustaba que fantaseara con otros hombres para después contárselo pero esto parecía consistir en dar un paso más.
-¿Quieres que me deje seducir para después decirle que no?
-Sí, eso es. Si te excita puedes dejar que te acaricie un poco la cara o que te de un pequeño beso y después lo pones en su sitio.
Sentí vergüenza pero sólo pensar en esa caricia o en ese beso me excité.
-¿Y a ti te parece bien? Bueno, si el lo intenta lo puedo hacer porque quizá ya no lo intente más después del corte que le di hoy.
-Eso depende de él – respondió mi marido.
Al día siguiente en el trabajo no dejaba de pensar en el plan de mi marido. Yo siempre he sido una mujer bastante clasista y prepotente. Me negaba a mi misma que una mujer de mi clase y de mi nivel pudiera excitarse con la idea de ser tocada por un joven adolescente por muy guapo que fuera. Era una atracción puramente física, animal. Me preguntaba si se me volvería a insinuar, "ojalá". En cómo pararle los pies en el momento justo, en como reaccionaría él. Por supuesto no quería que estuviera mi sobrino delante. En fin, muchas cosas que había que tener en cuenta. Pero sobretodo pensaba en estar en cama con mi marido y medio contarle medio fantasearle lo que me pasara con aquel chico. Mi marido se iba a poner como loco, y yo sólo de imaginármelo...
Con el pulso y los latidos del corazón alterados pasaron las horas. Yo llegaba a casa a media tarde y mi marido de noche por lo que tenía unas tres horas para hacer efectivo el plan de mi marido. Aquel día llevaba un traje de chaqueta y pantalón de color negro y una blusa de seda granate. Hice lo de siempre, fui a la cocina, cogí un zumo y me lo llevé a la tumbona. Una vez ahí sólo tenía que esperar.
Y esperé…
Y esperé…
No pasaba nada. Los chicos a lo suyo. Estaban mi sobrino Carlos, Roberto y otro chico llamado Miguel, de pelo castaño y también bastante tímido. El plan no daba resultado y yo estaba cada vez más excitada por la dichosa idea de mi marido, por lo que decidí pasar a la acción. Me quité la chaqueta, la doblé y la puse sobre otra tumbona.
Esperé un poco más y no pasaba nada, el maldito crío a lo suyo. O era yo o era el día más caluroso del año. Me sentía extraña, en teoría si él no hacía nada mejor, al fin y el cabo el plan había nacido para darle una lección, sin embargo estaba convencida de que él intentaría algo conmigo y me sentía un tanto decepcionada. "No puedo más", pensé para mí, y desabroché los dos primeros botones de mi blusa. Me dije a mí misma que lo hacía porque tenía calor. Si se me acercara, como el día anterior, podría ver parte de mis pechos y yo creo que desde la piscina podría verme levemente el sujetador. Cuando desabroché el segundo botón un calor inmenso me invadió. Estaba al sol con ropa oscura intentando excitar a un chico que estaba buenísimo. Estaba inmensamente tensa y el sol castigando mi cuerpo me hacía sudar aún más. De pronto los chicos empezaron a reír, supuse que era por algo que habría dicho Roberto pero cual fue mi sorpresa cuando lo descubrí. Descubrí a la vez el motivo de su risa y el enorme bulto del bañador de mi sobrino. Él se apresuró a meterse en el agua completamente colorado y avergonzado, al parecer al intentar calentar a Roberto había excitado sobremanera a mi propio sobrino. Me quedé petrificada pensando en lo que acababa de contemplar, en el enorme miembro que se adivinaba debajo de aquel bañador. Más calor, más excitación. El plan no iba según lo esperado y no pude más. Recogí mi chaqueta y mi zumo y me fui a la casa. Subí al piso de arriba, seguía como en otro mundo. Estaba mareada por el calor y por la tensión. Apenas veía nada. Me desnudé lentamente y me metí en la ducha. Dejé que el agua fresca calmara mi calor, al menos mi calor externo. Mientras caía agua sobre mi cuerpo delgado, sobre mi melena negra capeada, sobre mis pechos, empecé a recordar. Pero… ¿A recordar qué? No sabía que me excitaba más si el impresionante cuerpo de Roberto o si el morbo, la timidez y el trozo de carne que escondía mi sobrino, ¡Mi propio sobrino! Creo que recordé a ambos. Unas caricias en mis pechos acabaron con mis dos manos acariciándome, con mis piernas temblando y acabando en un orgasmo maravilloso. Allí, yo sola en la ducha, pensando en aquel chico y en mi sobrino.
Esa noche mi marido me preguntó y le contesté que no había sucedido nada. -Quizás mañana- le dije, "ojalá mañana" pensé. No sabía si contarle lo de nuestro sobrino, que de golpe me daba tanto o más morbo que su amigo. No lo hice. Me daba vergüenza. "Estoy loca" pensé.
Si aquel día mi corazón había palpitado como nunca el día siguiente fue peor. Si el día anterior había hecho calor el otro día hizo más. Las horas no pasaban en la oficina. Estuve ausente todo el día. ¿Qué esperaba que pasase? Ya no lo sabía. ¿Con quién? Tampoco lo sabía.
Había decidido que era la última vez que intentaría llevar a cabo el plan. La situación era insostenible y no podía seguir así. Si Roberto no actuaba se habría acabado, fin de la historia.
Por fin llegó la hora. Aparqué el coche. Estaba inmensamente acalorada. Subí al dormitorio. Me quité el sujetador y me dejé puesta la blusa de seda de color dorado que llevaba, un collar de perlas y chaqueta y minifalda color blanco. Esperaba ir a la tumbona, esperar a que viniera Roberto y una vez en casa dejarme acariciar, quien sabe si besar y decirle que estaba casada y que él era un crío. No sabía muy bien como pero dejarle con la miel en los labios sería muy excitante. Ya me imaginaba contándoselo a mi marido esa noche. Bajé, me eché un poco de Martini en un vaso, me puse las gafas de sol y me fui a la tumbona. Otra vez los tres: Roberto, Miguel y mi sobrino Carlos.
De nuevo calor, mucho calor.
Yo los miraba. Ellos me miraban pero Roberto no venía ¿Y si venía mi sobrino? Ya me había quitado la chaqueta y el sudor hacía que mi blusa se me pegara al cuerpo. Recostada contemplándoles el sudor invadía mis piernas y mis pechos, la blusa se me pegaba al cuello y a los pechos dejando adivinar que no llevaba nada debajo. Pasaban los minutos y la única excitada parecía ser yo. En media hora había acabado mi bebida y nadie me había dirigido la palabra, apenas unas miradas inocentes.
"Se acabó", pensé. De todas formas la excitación, aún no habiendo pasado nada, era suficiente como para que mi marido y yo tuviéramos una buena dosis de sexo. Y así, excitada y decepcionada volví a la casa. Me fui a la cocina desde donde aún los veía en la distancia. Cogí una botella de agua fresca en la nevera y le di un trago. Luego apoyé mis manos en el frío mármol que rodeaba el fregadero y miré por la ventana hacia el jardín.
-¿Sabes? Antes lo dudaba pero ahora estoy convencido de que lo haces a propósito -. Era Roberto que había entrado en la cocina. Me dio un susto de muerte. Me quedé paralizada. Oía los pasos de sus pies descalzos por las baldosas acercándoseme lentamente pero yo no me volteé. ¿Qué haría él? ¿Qué haría yo?
-Ayer me enseñas el sujetador y hoy ya descaradamente me enseñas las tetas. ¿Es que tu marido no te folla como te mereces? -. Sus palabras me excitaban, ya tenía su aliento en mi nuca. Estaba tremendamente cachonda y mi entrepierna me lo confirmaba. ¿Era ese el momento de dejarlo con las ganas? Sus palabras me golpeaban fuertemente en la cabeza. Me había estado mirando las tetas estos días y yo que pensaba que ni se había fijado en mí. Me halagaba. Me excitaba.
Lentamente empezó a besarme el cuello desde atrás. ¿Es ahora? Pensaba yo. Los besos se tornaron en pequeños mordiscos que me hacían estremecer. Yo cerraba los ojos y me dejaba hacer.
-Me pusiste tan cachondo cuando estabas en la tumbona, con tu pinta de niña rica, mostrándome esos pezones a través de tu blusa…Estás tan buena Cristina, eres la fantasía de todos nosotros. Estos días no paramos de hacernos pajas pensando en ti, tu sobrinito también. Estás tan buena…- Yo gemía a cada mordisco, a cada palabra. Me los imaginaba tocándose pensando en mí, siendo el centro de sus fantasías como lo eran ellos de las mías. Si supieran lo de la ducha… -Mira como te estas poniendo de cachonda… -. En ese momento pasó sus manos por encima de mi blusa de seda, acariciándome las tetas, siempre por encima de la ropa. "Cuela esa mano por la blusa" pensaba. Mantenía los ojos cerrados pero sentía mis pezones queriendo escapar de mi cuerpo. Estaba completamente desesperada. Claramente había llegado el momento de mandarle parar pero mis pezones y mi coño no me lo permitían. Mi cabeza pensaba en mi marido pero mi cuerpo me pedía más susurros, más caricias…Notaba su pecho desnudo en mi espalda, estaba completamente mojado, como mi blusa, como mi falda, como mi coño. "Acaríciame más, descubre como me tienes" pensaba.
Sin embargo un "para" casi ininteligible salió de mi boca.
– ¿Seguro que quieres que pare?- me dijo. -Pararé si compruebo que no lo estas deseando-. En ese momento bruscamente envolvió mi falda en mi cintura dejando a la vista unas braguitas negras que me había regalado mi marido. Te prometo que pararé si realmente veo que quieres que pare. Yo ya sabía lo que venía y estaba completamente vendida. Mientras mantenía mis manos apoyadas y los ojos cerrados, él me abrió un poco las piernas y pasó dos dedos por encima de mis bragas, sobre mis labios que adivinaba completamente hinchados. Mojados. Una leve risa suya, un estremecimiento mío… -¿Estás segura de que no quieres seguir? Mírate. Estás chorreando, ¡Pero serás puta! Con lo recatadita que parecías con tu pinta de ejecutiva mal follada. ¿Quieres que siga? - Yo estaba en otro mundo. En el cielo. Mi marido y su plan habían desaparecido tan pronto había empezado a acariciarme, a susurrarme, a insultarme… Echó a un lado mi braguita y pasó un dedo por entre mis labios. El tacto de sus dedos en mí era el mayor placer del mundo, a la vez que vergonzoso el ruido que producían mis fluidos. Arrastraba sus dedos por mi interior para finalizar presionándome el clítoris, así una y otra y otra vez.
-¿Quieres que te folle?- Me susurró.
-Sí, le dije gimiendo.
-Vuelve a decírmelo.
-Quiero que me folles, por favor fóllame aquí mismo -. Eso le supliqué ya completamente desesperada. Estaba chorreando, sus dedos habían hecho mella y líquidos de mi interior resbalaban por sus dedos y mis piernas. Tan pronto escuchó mi respuesta desesperada me dio la vuelta y agarró mis pechos fuertemente con ambas manos. Con un par de manotazos había abierto mi blusa y ante sí se mostraron mis pechos completamente hinchados, que habían aumentado enormemente su tamaño por la excitación. Empezó a comérmelas. A mordérmelas. Me impregnaba completamente de saliva. Yo gritaba de placer y de dolor mientras le pedía que me las comiera, que me las comiera más fuerte. Cada vez gritaba más, estaba descontrolada. "Si me viera mi marido" pensaba fugazmente, pero en lugar de apartarme yo misma me agarré un pecho para que me lo comiera.
-No puedo más me dijo. Me agarró y me puso contra la mesa de la cocina.
-Fóllame, fóllame ya - . Le decía. Mi calentón era imperdonable. Se sacó el bañador sin que yo pudiera verle la polla y me quitó las bragas en dos tirones. Pasaron unos instantes desde que me las quitó, tiempo justo para que yo me imaginara a mi misma con la falda en la cintura, mis pechos contra la mesa y mis zapatos de tacón anclados en el suelo esperando sus embestidas. – ¿A que esperas? –le dije desesperada.
-Ahora, zorrita, ahora – Me dijo mientras ya notaba la punta en mi coño. ¡Dios mío era lo mejor del mundo! La metió lentamente pero de una sola vez, demostrando aún más mi excitación. Estaba completamente abierta. Abierta para él. La metía y la sacaba de mí y yo no paraba de gritar y pedirle que me diera más caña, estaba completamente ausente del mundo. Como si sólo existiera él, su polla y yo. Pero cuando ya pensaba que no podía estar más excitada empezó a tratarme como tantas veces le había pedido a mi marido que me tratara, empezó a insultarme mientras me tiraba de la melena hacia atrás. Él me decía que era una puta y como tal tenía que tratarme, mientras, yo le llamaba cabrón y a veces le decía que parara y otras veces que me diera más fuerte. El ruido de sus huevos chocando contra mí era ensordecedor. Me tiraba tan fuerte del pelo que mantenía todos nuestros músculos en absoluta tensión. El gusto de su polla entrando y saliendo de mí, el morbo de la situación, no me habrían dejado parar de follar aunque estuviera mi marido presente. Después de esos insultos estaba a punto de correrme cuando desde atrás escuché un "no puedo más". Se salió de mí, me agarró y arrodillándome empezó a masturbarse delante de mi cara. Sabía lo que venía, me estaba tratando como una puta, como quiero que me traten cuando estoy tan excitada, me estaba dando lo que yo quería sin él saberlo y se lo recompensé abriendo la boca y poniendo mis manos en la espalda. Empezó a gemir y a convulsionar mientras tenía su mano izquierda en mi cabeza y la derecha en su polla. Como un estallido empezó a salir semen de su joven pedazo de carne, los tres primeros en mi boca y hubo más que caían en mis pechos, en mi blusa y en mi falda. Tragué lo que pude y lo que no lo dejé caer de mi cara. Sin recuperar la compostura se la limpié suavemente como se merecía.
La infidelidad se había consumado pero mi excitación seguía intacta. El plan no había salido como se esperaba y realmente lo único que deseaba era que me follara otra vez. ¿Y si se lo decía a mi sobrino? ¡Qué vergüenza!
-¿Vamos a la piscina? – dijo Roberto como si nada hubiera sucedido.
-¿Qué? ¿Ahora? – Acerté a decir.
-Siento que te hayas quedado con las ganas, ¿Quieres más? –Dijo con cierta sorna.
Me abotoné la blusa bañada en semen y no dije nada. Mientras me ponía las bragas y me arreglaba la falda le miraba dándole a entender que sí, que quería que me follara una vez más.
-Pues a mí no me apetece mucho, me apetece más contarle mi proeza a tu sobrinito.
-Ni se te ocurra, por favor, en serio. No le digas nada a Carlos.
Roberto me miró pensativo y me dijo: - Haremos una cosa, tú me haces un favor y yo te hago otro. Tu favor será acompañarme así a la piscina.
-Vale, espera que me cambie- Le dije.
-No, no. Así. Tú me acompañas y te pones en tu tumbona como siempre pero así vestida. Manchada. Como una puta, que es lo que eres, y al cabo de un rato, si me apetece, vamos a tu dormitorio. Además si me obedeces no le diré nada a nadie.
Me miré y estaba completamente impregnada de su semen, sobretodo la blusa. Pero una imagen del chico follándome en mi dormitorio me hizo aceptar. Me lavé la boca y así vestida me fui con él a la piscina.
A cada paso me notaba más abierta. Me tumbé y vi como Roberto les decía algo, Miguel se rió y mi sobrino le miró de manera extraña. "Espero que haya cumplido el trato" pensaba yo.
Allí sentada disimulaba como podía, esperaba que los chicos pensaran que era agua lo que había en mi ropa. Pensé en mi marido, en que iba a decirle ahora. Pero por el contrario pensaba en si él cumpliría el trato, si me follaría…Tenía que correrme esa tarde como fuera, tenía que volver a sentirla dentro, aunque fuera lo último que hiciera.
Pasaban los minutos. Otra vez en aquella tumbona. Esperándole. Cada vez más calor, cada vez más caliente. Prefería no pensar en el repaso que me había dado Roberto, me daba vergüenza. Cada vez que parecía que salía de la piscina me daba un vuelco el corazón. Cada vez que notaba su leche en mi blusita me excitaba más. Las braguitas empapadas no hacían si no recordarme y esperanzarme de que aquel chico volvería a hacérmelo, a tratarme mal, justo lo que quería y no era capaz de expresar. De nuevo mis pezones se revelaban al escuchar mis pensamientos, de nuevo mis ingles me decían que hacía mucho calor, que estaba muy caliente. Cuando Roberto salió del agua no quise ni mirar mientras se me acercaba. Me intentaba distraer mirando para mi sobrino sentado al borde de la piscina, con los pies en el agua mirándome tímidamente.
Se situó de pie, a mi lado, y cuando deseaba con todas mis ganas una invitación para ir a la casa se agachó y me susurró al oído:
-Desabróchate la blusa.
-¿Cómo? – le dije en voz baja.
-El trato era que me obedecieses hasta que me volviera apetecer follarte, aún no me apetece, así que obedéceme.
-Eres un cabrón - . Le susurré. Mi sobrino no me quitaba la vista de encima y Miguel tampoco. Era muy descarado pero no podía desaprovechar la oportunidad. No podía dejar escapar aquella tarde. Lentamente me desabroché los botones de mi blusa. De uno en uno. Desde el del escote hasta el que montaba en mi falda. Dejé una fina línea de carne al descubierto, casi inapreciable, desde el cuello a la falda. Mientras lo hacía no dejaba de mirar a mi sobrino. Éste parecía no inmutarse. No se sorprendía en absoluto. No me parecía normal. Algo pasaba, algo se traían entre manos. Lo lógico sería una cara de sorpresa pero no, simplemente me miraba. Todos me miraban pero nadie decía nada. Más jugos en mi interior. Más desesperación.
-Ábrela -. Dijo Roberto autoritariamente.
Ahí si que realmente creí morir pero no había vuelta atrás. Puse mis manos a la altura de mis pechos y, muy lentamente, abrí mi blusa de seda con la punta de los dedos dejando completamente al descubierto mis hinchados senos que brillaban por la mezcla de saliva, sudor y semen. Orgullosos se veían erguidos a la vista de aquellos jóvenes. Mis pezones apuntaban al cielo más excitados si cabe que en la cocina. La tranquilidad de mi sobrino se tornó en una mirada atónita. Por fin me decidí. No lo había hecho antes porque no me atrevía, bajé la mirada y apunté con mis ojos al bañador de mi sobrino. Casi me desmayo de la excitación y sorpresa al ver aquello, aquel enorme bulto bajo su ropa. Un gigantesco joven trozo de carne deseando ser liberado. Devorado. Ya le sobresalía de su ropa asomando hacia el ombligo. Yo ya no podía más. La tensión sexual de aquella piscina había llegado al grado máximo.
-¿Qué me haces? – Le susurré a Roberto mientras giraba mi cabeza y le miraba a los ojos.
-Lo que tú me llevas pidiendo toda la semana.
-Llévame arriba y fóllame -. Le susurré.
El chico hizo caso omiso, bajó sus manos a mis tetas y empezó a sobarme. Yo cerré los ojos mientras oía pasos que se acercaban. Esas manos me abandonaron y escuché a Roberto quitarse el bañador liberando su joven polla que me apuntaba a la cara. Busqué a mi sobrino con la mirada. Él seguía en su sitio, no así Miguel que me flanqueaba al otro lado de la tumbona. Y así, mirando a los ojos de mi sobrino, sentado a escasos tres metros de mí me metí la polla de Roberto en la boca. Se la succionaba haciendo un ruido con mi saliva y su lubricación. Él volvía a acariciarme las tetas. Yo miraba a mi sobrino y mi sobrino me miraba a mí, deshaciéndose de su bañador. Lo tiró al agua dejando ver aquella monstruosidad. El morbo de aquel pollón de mi propio sobrino mientras se la chupaba al guaperas de su amigo era incomparable. Pronto mi sobrino empezó a masturbarse, lo hacía pensando en mí, en su tía rica. Yo quería tener aquello cerca, muy cerca, dentro de mí.
-Mira, Miguel, ¿ves como la chupa? Te lo dije, te dije que no era más que otra puta más como las que hay en clase.- Le decía Roberto riéndose. – Eres un hijo de puta le dije a Roberto entre chupada y chupada.
Miguel tan tembloroso como yo también se deshizo de su bañador y tímidamente puso su polla a unos 30 centímetros de mi cara. Era preciosa. Todos sus cuerpos me parecían maravillosos, tersos, duros. Miraba sus pollas como si nunca hubiera visto ninguna. Yo ya estaba tan fuera de mí que se la habría chupado a mi peor enemigo sin tan siquiera pedírmelo. Un gritito salió de la boca de Miguel con tan sólo un lengüetazo.
-Ésta la chupa mejor que tu novia, ¿Verdad Miguel? - Le decía Roberto.
Así estaba yo, sentada en mi tumbona, con una polla en cada mano, alternando mamadas a los dos amigos de mi sobrino mientras no apartaba los ojos de él. Mi cuerpo cada vez se balanceaba más y mi collar de perlas botaba sobre mis pechos. Seguía escuchando los insultos de Roberto que tan bien sabía que me encendían. El placer que les estaba dando, que me estaban dando, era impagable. Estaba completamente excitada cuando Miguel empezó a temblar y preguntó tímidamente:
-¿Puedo correrme en tus pechos?
-¿Qué si puedes? – Se adelantó Roberto, -Esta puta lo está deseando.
Yo no dije nada y dejé que se viniera encima de mí. De nuevo múltiples chorros de semen de un amigo de mi sobrino caían en mi cuerpo. Miguel gemía, Roberto se reía y yo cada vez más excitada, todavía sin correrme. Aunque una simple caricia en mi entrepierna me haría estallar. Aquel adolescente de cara increíblemente inocente me había bañado completamente el cuerpo y la ropa.
Cuando por fin sucedió lo que más ansiaba. Ví a mi sobrino acercarse a nosotros. No sabía lo que haría, quizás se avergonzaría de mí y se marcharía. Quizás a contárselo a mi marido o a su madre. Contemplando la escena me dijo:
-Tía, ¿Puedo...?
No terminó la frase y me quedé atónita por la dimensión de su insinuación y de su miembro que a esa distancia asustaría a cualquiera. ¡Dios mío, no me lo podía creer, qué excitación! ¿Qué pensaría mi marido si me viera, ¿Y mi hermana?
Se hizo un silencio entre la vorágine de acontecimientos y como si de un cualquiera se tratase le dije: - Puedes follarme -. Mi voz salía temblorosa ante la mirada atónita de los tres chicos.
-¿Cómo lo hago? Me preguntó asustado.
-Siéntate aquí. – Le contesté. Aquella mujer no era yo pero el desarrollo de esos dos días habían hecho que la mujer responsable y casi indiferente al sexo se convirtiera en una fulana con ganas de ser follada. Por quién fuera. Estaba desesperada. Había pasado más de una hora desde mi llegada a casa aquella tarde y sólo pensaba en correrme de una vez. Me daba igual que fuera con mi sobrino o quizás sería hasta mejor.
Me levanté y me caía semen, sudor y mis propios fluidos por todas partes. Mi sobrino se tumbó y yo dándole la espalda, echando a un lado mi braguita y recogiendo mi falda en la cintura me dispuse a montarle.
Miguel atónito, Roberto riéndose y mi sobrino y yo un tanto asustados.
Apenas conseguía agarrarla con una mano y poco a poco con una pierna a cada lado de su cuerpo me la fui metiendo no sin dificultad. Cuando sentí la punta noté que el mundo dejaba de girar. Tan solo se oía silencio.
Nunca, jamás me habría entrado esa enorme polla, pero ese día si. Me senté sobre él y empecé a subir y bajar una y otra vez. El chico gritaba un poco y yo gritaba muchísimo. Cada vez más alto. Más fuerte. Me estaba follando a mi sobrino en mi propio jardín ante la mirada atónita de sus amigos. Las paredes de mi interior me ardían, como todo mi cuerpo. Cada vez me la metía más y me la sacaba más. Mi cuerpo subía y bajaba, como mis pechos, como mi carísimo collar de perlas. Hasta que ya no pude y avisándoles de mi enorme placer me corrí.
Se hizo por fin un silencio tras mis gritos…
Casi pierdo el conocimiento del gusto. Con todo mi cuerpo bañado en el esperma de esos chicos, follada por mi propio sobrino…
Roberto empezó de nuevo a hacer comentarios sobre lo puta que era y lo buena que estaba pero ahora a mi sobrino eso ya no le molestaba.
-¿Puedo hacerlo desde atrás? -Volvió a preguntar tímidamente mi sobrino. De nuevo todos boquiabiertos. Nadie sabía que podría pasar al segundo siguiente.
-Claro - Le susurré de manera cómplice.
Estábamos todos tan sorprendidos del desarrollo de los acontecimientos que ahora hasta parecía ser Roberto el más sorprendido. Sin más contemplaciones me puse sobre el céspez a cuatro patas. Mi sobrino se arrodilló detrás de mí y Roberto delante. De nuevo la polla de mi sobrino en mi coño y de nuevo la polla de Roberto en mi boca. Mi sobrino me empujaba hacia su amigo como si hubiera perdido de un suspiro su timidez. Como si fuera una desconocida. Ya no era su tía. Él ya no era mi sobrino. Sólo un cabrón que me follaba sin piedad. Y de nuevo mi cuerpo, mis tetas y mi collar balanceándose.
-¿Te das cuenta que estás desvirgando a tu sobrino? –Me dijo Roberto.
Una bocanada de calor azotó mi cuerpo al oír eso. Jamás me lo hubiera imaginado. Me estaba follando como un animal sin el más mínimo signo inexperiencia. La situación de nuevo insostenible, el morbo de nuevo en su grado máximo. Mi sobrino no pudo más, Roberto no pudo más. Yo tampoco. Mi sobrino acabó en mi coño, Roberto en mi boca y yo sufrí un segundo orgasmo que no pude gritar pero que fue el que más saboreé de toda mi vida.
Todos nos quedamos exhaustos. El sol en nuestras caras, en nuestros cuerpos. La mezcla de líquidos en mí me mantenía consciente de lo que acababa de pasar. Miguel nos miraba a los tres aún con incredulidad. Sin mediar palabra me fui empapada tanto yo como mi ropa a darme una ducha. Allí no pensé en nada. Sinceramente no creía que le fueran a decir nada a mi marido y en tal caso yo lo negaría. Le diría que como lo había dejado en evidencia se querían vengar. En la ducha me di cuenta de lo abierta que me había dejado mi sobrino. Mi sobrino… sólo de pensarlo…
Carlos y sus amigos se fueron a cenar fuera y ni siquiera coincidieron en casa con mi marido. Esa noche, una vez en la cama mi marido me preguntó si había pasado algo, yo le dije que más o menos todo según lo planeado.
-¿Te excitaste?
-Sí, un poco.
-¿Sabes Cris? Estoy deseando que me cuentes si le llegaste a besar y como fue ese beso. Hoy en el trabajo tenías puesta tu blusa de color dorado, ¿Por qué no te la vuelves a poner? Ya sabes que me parece que estás muy sexy con ella puesta.
Miré a la silla y allí estaba la blusa, reseca, completamente manchada y arrugada. Me acerqué a ella, la cogí y se la enseñé. -No sé, cariño. Ya ves que me manché un poco.
-Da igual, póntela. Si le besaste con ella puesta me pongo más en situación.
Y así con la blusa manchada del semen de mi sobrino y sus amigos me folló mi marido. Me dijo que me veía más caliente que nunca. La razón era simple: No lo veía a él si no a mi sobrino o a Roberto. No permití que dejara de follarme en toda la noche y mientras cerraba los ojos, me mordía el labio para no gritar los nombres de aquellos chicos.
Lo que mi marido no sabría nunca era que aquella tarde me habían hecho de todo menos lo que el fantaseaba: Ese ansiado beso.

A mis 13 años me desvirgo mi tio lindo

La espera se me hacía eterna y Leonardo no llegaba, miraba el reloj, tocaba mis partes ansiosa, puse un espejo cerca para ensayar posiciones, y Leonardo me dejó esperando. Los que llagaron fueron mi madre y mi hermano de la iglesia, me encerré molesta en mi cuarto ya que si me veían notarían mi frustración y sospecharían algo.
Mi enojo fue tal que decidí no volver a estar con Leonardo, y perder mi virginidad con otro, aunque yo deseaba con todo mi corazón que fuera él quien me hiciera mujer, el haberme dejado plantada se ganó mi indiferencia, y traté de no pensar en él.
Pero mi naturaleza de mujer me exigía ser penetrada, y no quería que fuera un mozalbete de los que deslechaba, deseaba que mi realización como mujer, fuera con un verdadero hombre que supiera hacerme la mujer más feliz en la intimidad, pero no había quién me interesara como el cabrón de Leonardo.
Como decidí serle indiferente, empecé a ausentarme un poco de la casa, mi madre me regañaba porque no quería ayudarle a atender el negocio, visitaba a una prima que aunque es dos años mayor que yo, aparento ser la mayor. Su papá es hermano de mi mamá, aunque no es un adonis, tiene mucha personalidad y su plática es amena e interesante, así que por mi mente pasó la idea más perversa; ser suya sin importarme que fuera mi tío.
Las visitas a mi prima fueron más frecuentes, y aprovechaba cualquier ocasión para expresarle a mi tío "mi cariño" por él, lo abrazaba, me sentaba en sus piernas, le permitía que me viera más de lo debido usando mini faldas y tangas cuando subía a la segunda planta detrás de mí.
La tía es como mi madre, metida en la iglesia, y notaba que no le daba la atención a su esposo, y yo me encargaría de hacerlo. Una tarde que nos preparábamos para ir al cine, me puse una mini falda, estaba tan a la cadera que se me veía un tatuaje temporal que tenía abajo de mi espalda mi tío lo miró y me quiso regañar por traerlo, le expliqué que se podía quitar con agua, y con toda la intención puse saliva en mis dedos y los pasé por el tatuaje para que viera que se borraba, tomé su mano y la froté en el lugar, sin soltarla me bajé la falda y la puse en mi vientre donde había otro, sentí que frotaba más de lo debido y lo dejé, miré su entrepierne y tenía un bulto enorme que se me antojó al instante. Pero no quería que pensara que era una ofrecida, así que me comporté como una niña inocente, como si no supiera que lo excitaba. Se ofreció a llevarnos, mi prima no quería pero yo la convencí, como ella estaría con su novio, cuando llegamos le pedí a mi tío que me comprara unas palomitas, me llevó con él, cuando regresamos la sala, perdimos a mi prima y a su novio. Entramos y nos sentamos seguros de encontrarlos al final de la película.
La película era una comedia americana para adolescentes y adultos, en ella hablaban de "orgasmos", de masturbación, etc., se trataba de que la chica como muchas de nosotras, andaba de caliente, urgida de perder su virginidad, y cuando sucedió no fue como lo esperaba, de inmediato me puse en su lugar, yo no deseaba que mi primera vez fuera con alguien sin experiencia, me veía en la protagonista de la película.
Para ayudar a mi tío para que se propasara conmigo, empecé a preguntarle que era un orgasmo, en la escena donde la chica se masturba por estar insatisfecha de su marido, le pregunté con "ingenuidad", qué hacía, y titubeando trataba de explicarme. En un momento me recosté en su hombro como si estuviera aburrida, tomé su brazo y le dije que me abrazara, que sentía frío, nervioso miró a su alrededor y me abrazó, sentí que aspiraba mi pelo, yo hice como si buscara a mi prima, y volteé hacia atrás al mismo tiempo que me apoyaba en sus hombros, quedando mi ombligo en su cara, y cuando me volteaba, mis nalgas podía olerlas, al bajarme puse mi mano despistadamente en su verga que al tocarla sobre el pantalón, sentí un vuelco que me hizo desearlo más.
Antes de terminar la película le dije que me estaba aburriendo, que nos fuéramos a la casa y a mi prima la esperábamos allá, sin perder tiempo salimos de la sala, en esos momentos mi plan era ser la mujer de mi tío. Sabía que mi prima se iría con su novio a hacer sus "cosas", y sin querer le ayudé con su papá.
Cuando llegamos al estacionamiento, mi tío me ayudó a subir a su camioneta, como el estribo es alto, me tomó de la cintura y cuando me subía, tuvo oportunidad de admirar mis nalgas en todo su esplendor, escuché que suspiró discretamente. El camino era corto y hablábamos de cualquier cosa, sin dejar de comportarme como una niña inocente.
Ya en la casa, le habló a su hija, según él la regañaba por haberse perdido, luego me la pasó y susurrando me agradeció que nos hayamos separado y perdido para estar con su galán. Le dije que no se preocupara, que estaría en su cuarto escuchando música y su papá viendo televisión.
Eran las ocho de la noche, la tía, no llegó con una vecina, no se dio cuenta que estaba yo en la habitación, pensó que andaba con su hija, y solo le avisó a mi tío que se iba a jugar las cartas con sus amigas. Mi tío no objetó nada, quizá presentía lo que le esperaba.
Me puse ropa de dormir, un boxer y un corpiño de mi prima que me quedan muy ajustados ya que ella es muy delgada y yo muy nalgona y chichona. Salí con la seguridad de excitar a mi tío, sin dejar de ser la sobrina "inocente". Estaba sentado, en la parte que hace esquina de la sala, viendo la televisión con unas cervezas a un lado.
Me senté un poco retirada de él, no sabía que hacer para llamar su atención, y cuando vi el teléfono se me ocurrió una buena idea; le pedí permiso para hablar por teléfono, lo tomé y me volteé para según yo, hacer una llamada, pero marcaba al azar, y simulaba que no me contestaban, sabía que su mirada estaba en mi trasero que salía del boxer pequeño. Luego hice como si me contestaran, me volví a sentar y como sentía que sabía que no hablaba con nadie, me recosté en el sillón boca abajo doblando mis rodillas, quedaban mis pies arriba y abría mis piernas un poquito, la posición ya la había ensayado, y por eso estaba segura que alcanzaba a ver al menos los vellos de mi panochita.
Me cansé de simular la llamada, él fue al baño y yo aproveché para subirme un poco más el boxer, cuando regresó se puso más cerca de mí, simulé estar agotada y que me dormía, los pensamientos pecaminosos aumentaron, pues imaginaba que para esa hora, mi prima estaba siendo cogida por su novio, pues era su plan irse a un hotel después del cine.
Mi tío no se animó a cogerme, pero llegué a sentir el roce de sus dedos en mis nalgas, temía que "me despertara", yo deseaba que enloqueciera y me poseyera, pero nada sucedía. Timbró el teléfono y según yo, me despertó, era la prima que avisaba llegaría más tarde porque cenarían en algún lugar. Me senté bostezando, mi tío se volteó para que no mirara el bulto que hacía su cosa.
Se volvió a sentar, y yo me recosté en sus piernas, mi cara quedaba a menos de dos pulgadas de su palo, y ya desesperada tomé la iniciativa, preguntando de manera inocente;
--¿tío, qué es un orgasmo?—Claro que no esperaba semejante pregunta.
--¡este, ejem!, ¿porqué preguntas eso?.—
--en la película hababan de eso, también de masturbación, ¿qué significa masturbarse?.—
--pues deben enseñártelo en la escuela, o mejor pregúntale a tu mamá.— y le mentí;
--ya lo hice, pero me regañó, y un compañero de la escuela me prometió enseñarme lo que era masturbarse.—
--¿y no lo hizo?.—
--no, pero mejor dime tu tío, ¿qué significan esas cosas?.--
--mira, vamos por partes, pero lo que hablemos aquí se puede malinterpretar, y si tu madre, tu tía o tu prima saben, pensarán cosas que no son.—
--¡ayy, no tío, dígame que es eso, le prometo que a nadie le digo!.—Me miró extrañamente, y empezó a medio explicar;
--la masturbación es como se satisfacen sexualmente las personas sin llegar a tener sexo.—
--¿y cómo se masturba un hombre?.—
--ejem, pues toman su pene en la mano y lo frotan.—
--pero ¿cómo?, ¿puedo verlo a usted?.— Sabía que mi tío no era nada tonto y de inmediato sacó su verga, que estaba ansiosa por salir de su cárcel, bajó sus pantalones hasta las rodillas y empezó a frotarse, sus huevos se contraían. De inmediato la comparé con la de Leonardo, muy diferente, mucho más larga y gorda. Yo lo miraba como si me interesara más la lección, sin nada de lujuria, no quería echar a perder las cosas.
--¿y que siente tío?.—
--¡ahh, rico, muy rico!.—
--¿y cuanto tiempo lo frota así?.--
--hasta que eyaculamos.—
--¿y qué es eyacular?.—me miró extrañado sin dejar de frotar su palo.
--¿de verdad no sabes?.—contesté con la cabeza que no.
--es cuando uno echa semen, eso es prácticamente el orgasmo en el hombre, es la cima del éxtasis, es algo delicioso.—para ese momento ya estaba muy mojada.
--ah,ok, tío; ¿y cómo se masturba la mujer si no tiene pene?.—
--frotan su vagina, ¿no lo has hecho?.—
--no, no recuerdo haberlo hecho.—
--¿quieres que te diga cómo?.—
--a ver—dije de manera indiferente,--dígame como, ¿me quito el boxer ¿verdad?.—
--¡siii!.—dijo en voz baja, me puse de pié y para que no me viera mi vagina, le di la espalda y me quité casi en su cara el boxer. Luego tapándome mi parte íntima, pregunté que seguía.
--¡acércate!.—obedecí, tomo mi mano derecha y la guío a mi vagina, abrió mis piernas y acomodó mis dedos pulgar e índice en mis labios, él mismo los abrió y se dio cuenta como sin ninguna instrucción empecé a dar círculos en mi clítoris. Recordé que él me estaba enseñando y me detuve.
--¿porqué te paras?.—
--quiero que usted me diga como.—pasó su mano por la boca y la puso en mi raja, al contacto sentí la experiencia que tenía en mujeres, mis ojos se cerraron, alcé mi cara al techo, bajé los tirantes del corpiño para liberar mis senos, de inmediato puso su boca en ellos, los mordía suave, loa lamía, mamaba. Los estiraba mientras mi raja era cogida por sus dedos. Yo misma puse sus manos en mis nalgotas, sabía que me estaba gustando.
--¿te gusta verdad?, ¿te gusta lo que te hago?.—
--¡ajá, si tío me gusta mucho, quiero que me lo haga siempre!.—
--¿qué quieres que te haga?.—
--lo que usted quiera tío, sé que me gustará lo que me haga.—
--¿nunca te la han metido?.—
--¿qué cosa, a qué se refiere tío?.—
--no te hagas la tonta, ¿nunca te han metido la verga?.—
--ah, eso, no nunca.—dije sin dejar de mover mis caderas, pensé que había echado todo a perder, creí que mi tío me haría lo mismo que Leonardo, temía quitarme la virginidad.
--¡ahhh chiquita, me encantará ser el primero, ¿eso quieres?.—
--¡si tío, usted solo dígame qué hago.--
--por lo pronto, acerca tu cara a mi verga.—me incliné dejando que pasara sus manos por mis nalgas, que las abriera, que sus dedos siguieran en mi raja, tomé su palo, aspiré y empecé a hacer mi labor, mamé con unas ganas tremendas, ya lo deseaba pues tenía un buen tiempo que no mamaba verga.
Mi tío se recargó en el sillón, yo me hinqué, pensé que me estaba delatando y me detuve;
--¿así está bien?.—
--déjate de cosas Caro, se nota que eres experta mamando, y no dudo que me hayas mentido, seguro ya te han cogido hasta por las orejas.—
--¡no tío, de verdad que no!.—
--bueno, ya lo veremos, por lo pronto sigue mamando, hasta que me saques los "mecos".—
esa palabra me recordó los inicios de mis travesuras y me calenté de más, mamé como loca, chupé sus huevos, los mordía, lo masturbaba y trataba de tragarme semejante verga pero me era imposible. Yo misma puse sus manos en mi nuca, y empezó a cogerme por la boca.
Me olvidé de todo y me propuse darle la mejor mamada de mi vida, y es que esa verga es fabulosa, no comprendo por qué mi tía no le ponía atención.
Sentí que sus piernas se endurecían, su vientre duro por el ejercicio se restiraba, sabía lo que venía; saqué la verga de mi boca y apunté con ella hacia arriba para lamer sus huevos, en eso sentí que pasaba su leche y de inmediato puse el glande frente a mí abriendo la boca, esperé como si fuera la fuente de la vida, su leche cayó en mi cara, el segundo chorro en mi garganta y sumergí su verga hasta la garganta, lo más que pude, sentía como escupía la leche que alentaba mi traquea sin ahogarme, ya que había tomado suficiente aire, para eso mis manos estaban frotando mi clítoris con fuerza y con la verga en mi boca me vine a mares, parecía que orinaba, pero no, era un orgasmo que la mamada me había provocado.
Dejó de eyacular y me tomó de la cabeza, sin sacar su verga de mi boca, luego me levantó y me llevó a su recámara, la idea de coger en la cama donde lo hace con su esposa me calentó más, decidí ser su mujer de la manera más cachonda para gustarle más que su propia esposa.
Me empinó en la orilla de la cama, mis nalgas quedaban expuestas, las abrí un poco esperando recibir su verga, pero se contuvo, abrió mis nalgas y se dedicó a lamerme el coño, su lengua me hacía ver el cielo, luego un dedo en mi culo, y otro, y otro, ensalivó sus dedos abundantemente e hizo de mi culo su centro de entretenimiento;
--¡Carolina, que rico culo tienes, muy apretado mamita, como lo voy a gozar!.—
--¿pero no se supone que me cogerás?.—
--¡sí, te cogeré también por el culo!.—
--pero, ¿es posible eso?. ¿también se puede así?.—
--ya lo verás, todo lo que se puede hacer con un cuerpo como el tuyo mi niña.—
--¿te parezco niña tío?.—
--bueno, lo eres, pero pareces una mujer, y qué mujer, si así estás ahorita, más grande te pondrás más buena, tanto que todos querrán hacerte lo que hoy te haré.—
--¿y me gustará?.—
--si no te está gustando, finges muy bien sobrina.—
dejé de hablar y me concentré en lo que mi tío me hacía, sabía que me cogería y estaba feliz, feliz de que fuera un verdadero hombre quien me cogiera, para que me tratara como una verdadera mujer a mis casi catorce años.
Mientras seguía concentrado en mis nalgas y culo, pasé mi mano por debajo y me masturbé, alcancé a ver su verga, me parecía increíble que después de tanta leche que me echó, siguiera tan dura como la de un jovencito. Ya no pude más...
--¡ahh, ahhh, tío yaa, hágalo yaaaaaa cójameeeeeeee!!!!!.--- no esperó, se colocó detrás, puso su palo en mi entrada, lo frotaba volviéndome loca, y.....¡ahhhhh!. Su verga entró despacio, abría los pliegues de mi vagina poco a poco, sentía que no terminaba y que me llegaría hasta la garganta, puse mi mano en su palo, pensé que ya estaba toda dentro, me dio miedo y al mismo tiempo felicidad de saber que faltaba más de la mitad de ese palo. De repente se detuvo, mis nalgas se movían instintivamente y de pronto....¡zaaazzz!. Empujó con fuerza y me penetró hasta el fondo, sentí que me desmayaba de dolor y placer, dentro de mí sentí que algo había tronado, al fin, sentía por primera vez una verga en mi interior.
A pesar del dolor a mi tío no le importaba, siguió empujando y sacando con tanta fuerza que el dolor paulatinamente se transformó en un verdadero placer, me sostenía de las caderas que escuchaba como chocaban en su vientre.
--¡ahh, ahh, Caro, no sabe cuantas veces imaginaba esto!.—
-¿de verdad tío, quería hacérmelo a mí?.—
--¡sí, pero cuando me venía me arrepentía por que eres mi sobrina!.—
--¿y cuando terminé de hacerme esto, se arrepentirá?.—
--¿tú quieres que me arrepienta?.—
--¡no tío, quiero que le guste y me lo haga cuantas veces quiera!.—
--¡entonces así será Carolina, mi querida Carolina!, ¡qué culo, qué nalgas!.—
Sin dejar de cogerme me volteó, puso mis piernas en sus hombros, sentía que me abría más,
Su verga entraba más profundo, sus manos apretaban mis tetas que rebotaban en la embestida, yo empecé a gritar como loca, él trataba de taparme la boca pero no pude y grité al sentir que de nuevo me venía, era diferente el orgasmo, ya que me estaba viniendo con un buen pedazo de verga invadiendo mi vagina.
Mi tío no paraba, bajó mis piernas y sin sacar su palo de mí, me acomodó en las almohadas de su cama, lo abracé con mis piernas, lo tomé de la cara y lo besaba en la boca apasionadamente, lo miré a los ojos y le dije;
--¡ahhh papi, dime que te gusta, dime que soy una verdadera mujer!.—
--¡ohh mi nena, ya eres una verdadera mujer, y no sabes lo feliz que estoy de ser yo el primero, eres mi reina, y así será mientras tu quieras!.—
--¡si mi amor!—ya no le hablaba de usted, ¿lo notaron?.—¡si papi, así será amor mío!.—
recuerdo que en ese momento pensaba en Leonardo, y me decía a mi misma;--¡de lo que te perdiste "pendejo".—
mi tío besaba mis tetas bruscamente, sabía que me dejaría marcas, y se lo permití, luego me volteó, sacó una especie de lubricante, embadurnó mi ano, luego su pene, acarició mis nalgas como cuando relajan la piel cuando recibe una inyección, yo misma abrí mis nalgas, al sentir su cabeza en mi ano, sabía que me iba a doler mucho más que por la vagina, pero fue diferente, mi tío relajó previamente mi culo con sus dedos, fue metiendo su verga lentamente, su cabeza fue lo más difícil, ya que está muy grande, el glande le abría paso al resto del palo, yo misma empujaba mis nalgas hacia él para que me poseyera. Me dolía, pero me estaba gustando, sabía que era solo un momento y valía la pena para poder gozar la cogida anal que estaba a punto de recibir. Se detuvo, volteé para verlo, su cara de lujuria nunca la olvidaré, me excitó, de igual manera toqué su palo,¡nooooo!, faltaba un buen, no sabía que sucedería si empujaba de golpe ya sea él o yo, yo tenía que hacerlo, él no se iba a atrever. Lo detuve con mi mano, y sin dejar de verlo a los ojos, otra vez...¡zzaaazzz!, de nuevo el grito de placer que me trastornaba, apenas entró toda, mi tío siguió con la embestida brutal.
Yo estaba llorando de placer, llorando porque me había enamorado de Leonardo, y no era él, llorando porque él se lo había perdido, llorando de felicidad de ser cogida de esa manera, el hecho de que fuera el hermano de mi madre, no me importaba.
Mi ano se amoldó a su pene enorme, entraba y salía con una facilidad increíble, pensaba en mi prima, segura de que no gozaría tanto como yo, segura de que mi tía no aprovechaba ese tronco delicioso como yo lo haría después de esa noche.
Me gustaba ser sodomizada, estaba encantada, así que tomé su mano y la puse en mi pelo, entendió el mensaje y me lo estiraba como cabalgándome, se paró detrás de mí y la penetración fue mucho más profunda, en la embestida mi culo expulsaba aire, lejos de darme pena, me agradaba que su verga fuera la causante de sacarme "pedos", a cabo, yo le sacaría "mecos".
Me imagino que la visión era insoportable pare mi tío, su sudor caía en mi espalda, sus manos apretaban mis nalgas y de vez en cuando nalgueaba, a veces fuerte, a veces suave, yo no dejaba de mover mi trasero para todas direcciones;
--¡ahhh, ahh Caro, no te muevas tanto mami, me harás terminar!.—yo no hacía caso porque ya estaba a punto de vaciarme otra vez y aceleré mis nalgas.
---¡ahh, ahh siii, siii eso quiero, ya me vengooo!.—
--¿quieres que me venga dentro, o en tu boca?.—me la puso difícil, ya que como saben, me encanta tragar semen, soy una adicta a la leche masculina. Pero ya sería en otra ocasión, y como era mi primera vez......
--¡vente en mi culo papi, vente dentro de mí, ya luego me tragaré tus "mecos"!.—apenas terminé de decir eso, y sentí que apretaban con fuerza mis nalgas, mi tío gemía escandalosamente, ya no le importaba que alguien escuchara, yo no dejé de mover mis nalgas y empecé a tener otro rico orgasmo que acabó con mis sentidos...
--¡ahhh siii, siii, así tío cógete a tu sobrinita chula, hazme una puta papi, tu puta!.—
--¡siii mami, la mejor de las putas, eso serás mamacita, la puta más rica que he cogido!.
Depositó su semen en mi recto, caímos cansados a la cama, él sobre mí, yo aturdida de tanto placer. Al fin había logrado lo que tanto quería, y de qué manera.
Descansamos un poco, y tuve que irme al cuarto de mi prima para que me encontrara dormida y que no sospechara, no supe cuando llegaron ni mi tía, ni mi prima, a la mañana siguiente estaba a mi lado dormida. Mi tía preparaba el almuerzo contando de cómo le fue con las amigas en el juego de las cartas. Me puse una blusa que cubriera mi cuello, ya que una escotada delataría mis senos con chupetones, chupetones que me encantaba ver en el espejo para evocar los momentos tan íntimos con mi tío.
Él no quería verme a los ojos, pero estando a solas, le pedí que nos comportáramos como si nada, para no levantar sospechas, entendió, seguimos teniendo sexo muchas veces aunque en la actualidad no tan seguido. Empezó a comprarme ropa interior sexy y a darme mis gustos, claro que a escondidas de los demás.
Por un tiempo mis travesuras fueron solo con mi tío, hasta que cumplí mis XV, en la que demostró su esplendidez y ayudó a mamá con la fiesta para su sobrina consentida, "su putita" como me dice mientras me coge.